Página 122 - Maranata

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Promoved la vida sana, 21 de abril
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Romanos 12:1
.
Es imposible que una persona presente su cuerpo como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, mientras continúa practicando
hábitos que lo privan de su fortaleza física, mental y moral. Nuevamente el apóstol instruye: “No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta”.
Romanos 12:2
CSS, 22, 23
.
Vivimos en un mundo que se opone a la justicia y la pureza del carácter, y especialmente a la acción de crecer en la gracia. Hacia
dondequiera que se mire, se ve contaminación y corrupción, deformidad y pecado. ¡Cuánta diferencia hay entre todo esto y la obra
que debe cumplirse en nosotros justamente antes de recibir el don de la inmortalidad! En estos últimos días los elegidos de Dios
deben mantenerse sin mancha en medio de las corrupciones que pululan alrededor de ellos. Si se ha de realizar esta obra, necesita
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comenzarse de inmediato, inteligentemente y con fervor. El Espíritu de Dios debe tener un control perfecto, e influir sobre cada
acción.
La reforma de la salud es uno de los aspectos de la gran obra destinada a preparar un pueblo para la venida del Señor. Se
encuentra tan estrechamente unida con el mensaje del tercer ángel como lo está la mano con el cuerpo. Los seres humanos han
considerado livianamente la ley de los Diez Mandamientos; sin embargo el Señor no vendrá a castigar a los transgresores de su
ley sin enviarles primero un mensaje de amonestación. Los hombres y las mujeres no pueden violar las leyes naturales mediante
la complacencia de sus apetitos depravados y pasiones carnales, sin violar la ley de Dios. Por eso él ha permitido que brille sobre
nosotros la reforma de la salud para que podamos comprender la pecaminosidad de quebrantar las leyes que él mismo ha establecido
en nuestro propio ser...
La obra que acompaña al mensaje del tercer ángel consiste en explicar las leyes naturales y exhortar a que se obedezcan...El
Señor desea que este tema se presente ante el público de tal manera que las mentes de la gente se interesen profundamente en su
investigación; porque es imposible que los hombres y las mujeres aprecien la verdad sagrada mientras son víctimas del poder de los
hábitos pecaminosos que destruyen la salud y debilitan el cerebro.—
CSS, 20, 21
.
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