Veremos al rey, 15 de noviembre
Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.
Isaías 33:17
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Si deseamos ver al Rey en su hermosura, debemos comportarnos dignamente aquí. Debemos superar nuestra puerilidad. Cuando
seamos provocados, guardemos silencio. Hay ocasiones en que el silencio es elocuencia. Hemos de revelar la paciencia, la bondad y
la tolerancia que nos harán dignos de ser llamados hijos e hijas de Dios. Hemos de confiar y creer en él, y apoyarnos en él. Hemos de
seguir las pisadas de Cristo. “Si alguno quiere venir en pos de mí” dice, “niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.
Lucas 9:23
... Tal vez sea una cruz pesada guardar silencio cuando debéis hacerlo. Puede ser una disciplina dolorosa; pero permitidme
aseguraros que el silencio hace más para vencer el mal que una tormenta de palabras airadas.
En este mundo hemos de aprender lo que debemos ser a fin de tener un lugar en las cortes celestiales. Hemos de aprender
lecciones que Cristo desea enseñarnos, a fin de que estemos preparados para ser llevados a la escuela superior en las cortes celestiales,
donde el Salvador nos conducirá junto al río de la vida, explicándonos muchas cosas que aquí no podemos comprender... Allí
veremos la gloria de Dios como nunca la vimos aquí. Ahora solo tenemos una vislumbre de esa gloria, porque no perseveramos en
conocer al Señor.—
En Lugares Celestiales, 367
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Todo principio correcto, toda verdad aprendida en una escuela terrenal, nos hará progresar en esa proporción en la escuela
celestial. Como Cristo anduvo y conversó con sus discípulos durante su ministerio en esta tierra, así nos enseñará en la escuela
celestial, guiándonos por las márgenes del río de aguas vivas y revelándonos verdades que en esta vida permanecerán ocultas como
misterios debido a las limitaciones de la mente humana, tan perjudicada por el pecado. En la escuela celestial tendremos oportunidad
de alcanzar, paso a paso, las mayores alturas del saber... Allí veremos al Rey en su hermosura, y contemplaremos sus encantos sin
par.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 161
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Largo tiempo hemos aguardado, pero nuestra esperanza no debe debilitarse. Si tan solo podemos ver al Rey en su hermosura,
seremos bienaventurados para siempre.—
Joyas de los Testimonios 3:257
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