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Notas biográficas de Elena G. de White
ceño me hizo temblar. Vi que la mujer obraba hipócritamente, pues
fingía santidad mientras que su corazón estaba del todo corrompido.
Al salir de la visión, relaté temblorosa pero fielmente lo que había
visto. La mujer dijo sin turbarse: “Me alegro de que el Señor conoce
mi corazón y sabe que lo amo. Si vosotros pudierais escudriñar mi
corazón, veríais que es puro y limpio”.
Algunos de los presentes vacilaban en su ánimo. No sabían si
creer lo que el Señor me había mostrado, o si dejar que las apariencias
prevaleciesen sobre el testimonio que yo había dado.
Poco después de esto, la mujer se sintió sobrecogida de un miedo
terrible. Llena de horror, empezó a confesar. Fue de casa en casa
entre sus incrédulos vecinos confesando que el hombre con quien
vivía desde hacía muchos años no era su marido, y que ella había
huido de Inglaterra abandonando a un esposo amable y a un hijo.
Confesó muchas otras maldades. Su arrepentimiento parecía sincero
y en varias ocasiones restituyó lo que había tomado injustamente.
Esta experiencia tuvo por efecto que nuestros hermanos de Cam-
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den y sus vecinos creyeran firmemente que Dios me había revelado
cuanto dije, y que por amor y misericordia se les había dado el
mensaje para salvarlos de la decepción y de un error nocivo.
En Vermont
En la primavera de 1850 resolvimos visitar a Vermont y Maine.
Dejé a mi pequeño Edson, a la sazón de nueve meses de edad, al
cuidado de la Hna. Bonfoey, mientras continuamos nuestro viaje
para cumplir la voluntad de Dios. Trabajamos duramente, sufriendo
muchas privaciones, para lograr muy poco. Hallamos a los hermanos
y hermanas en confusa dispersión. Casi cada uno estaba afectado
por algún error, y todos se mostraban celosos por sus opiniones
personales. A menudo sufríamos intensa angustia de ánimo al ver
cuán pocos eran los que estaban dispuestos a escuchar la verdad
bíblica, mientras que se encariñaban ardientemente con el error y el
fanatismo. Tuvimos que hacer un molesto viaje de sesenta y cinco
kilómetros en diligencia hasta Sutton, lugar de nuestra cita.