130
Notas biográficas de Elena G. de White
casi desfalleciente; pero nuestros corazones se elevaban a Dios en
oración en procura de fuerza, y en él encontramos un pronto auxilio,
y pudimos realizar el viaje, y dar nuestro testimonio allí”.
Escribiendo y viajando
Pronto después de nuestro regreso a Rochester, Nueva York, mi
esposo se ocupó en escribir el libro
Signs of the Times
. El todavía es-
taba débil, y podía dormir solamente poco tiempo, pero el Señor fue
[165]
su sostén. Cuando su mente se hallaba en estado confuso y sufriente,
nos inclinábamos delante de Dios, y en nuestra aflicción clamába-
mos a él. El oía nuestras fervientes plegarias, y a menudo bendecía
a mi esposo, de manera que con un espíritu aliviado continuaba con
su trabajo. Muchas veces en el día nos presentábamos delante del
Señor de esta manera, en ferviente oración. Ese libro no fue escrito
con la propia fuerza de mi esposo.
En el otoño de 1853 asistimos a algunas conferencias que se
realizaron en Buck Bridge, Nueva York; Stowe, Vermont; Boston,
Dartmouth y Springfield, Massachusetts; Washington, Nueva Ham-
pshire; y New Have, Vermont. Este fue un viaje trabajoso y más bien
desanimador. Muchos habían abrazado la verdad, pero no habían
sido santificados en su corazón y en su vida. Elementos de lucha y
rebelión se hallaban en acción, y era necesario que se realizara un
movimiento para purificar la iglesia.
Liberación de la enfermedad
En el invierno y la primavera yo sufrí mucho de un mal del
corazón. Me era difícil respirar mientras estaba acostada, y no podía
dormir a menos que estuviera en una posición casi sentada. En el
párpado de mi ojo izquierdo tenía una inflamación que parecía ser
cáncer. Había estado creciendo constantemente por más de un año,
hasta llegar a ser muy dolorosa, y me afectaba la visión.
Un célebre médico que daba consejos gratuitos visitó Rochester,
y yo decidí pedirle que me examinara el ojo. El pensó que el cre-
cimiento pudiera ser cáncer. Pero al tomarme el pulso dijo: “Usted
está muy enferma, y morirá de apoplejía antes que ese crecimiento
[166]
se abra. Está en una condición peligrosa por su enfermedad del