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Capítulo 32—Un sueño solemne
En la noche del 30 de abril de 1871 me retiré a descansar con mi
espíritu muy deprimido. Durante tres meses había estado muy des-
animada. A menudo había orado con angustia de espíritu solicitando
alivio. Había implorado ayuda y fuerza de Dios, para que pudiera
elevarme por encima del pesado desaliento que estaba paralizando
mi fe y esperanza, y que me estaba incapacitando para ser útil.
Esa noche tuve un sueño que me produjo una impresión muy
feliz. Soñé que estaba asistiendo a una importante reunión en la cual
se reunía un gran grupo de hermanos. Muchos estaban arrodillados
delante de Dios en ferviente oración, y parecían sentir una carga. Es-
taban importunando al Señor y rogándole que les diese luz especial.
Unos pocos parecían estar en agonía de espíritu; sus sentimientos
eran intensos; con lágrimas clamaban en voz alta por ayuda y por
luz. Nuestros hermanos más prominentes estaban empeñados en esta
impresionante escena. El Hno. A. estaba postrado sobre el suelo,
aparentemente en profunda angustia. Su esposa estaba sentada entre
un grupo de burladores indiferentes. Ella parecía que deseaba que
todos entendieran que ella se burlaba de los que se humillaban a sí
mismos de esa manera.
Soñé que el Espíritu del Señor vino sobre mí, y que yo me puse
en pie en medio de los clamores y las oraciones, y dije: “El Espíritu
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del Señor Dios es sobre mí. Me siento impulsada a deciros que
debéis comenzar a trabajar individualmente por vosotros mismos.
Estáis mirando a Dios y deseáis que él realice en vuestro favor la
obra que él os ha dejado para que vosotros la hagáis. Si hacéis en
favor de vosotros mismos la obra que sabéis que debéis realizar,
entonces Dios os ayudará cuando necesitéis ayuda. Habéis dejado
sin hacer precisamente lo que Dios os ha dejado para que vosotros
hicierais. Habéis estado pidiendo que Dios haga vuestro trabajo.
Si vosotros siguierais la luz que él os dio, él haría que un mayor
grado de luz brillara sobre vosotros; pero mientras descuidáis los
consejos, las amonestaciones y los reproches que han sido dados,
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