Página 177 - Notas biogr

Basic HTML Version

Un sueño solemne
173
¿cómo podéis esperar que Dios os dé más luz y bendición para
descuidar y despreciar? Dios no es un hombre; no puede jugarse con
él”.
Tomé la Biblia preciosa y la rodeé con varios
Testimonios para la
iglesia,
dados para el pueblo de Dios. Dije yo: “Aquí se describen los
casos de casi todos. Los pecados que deben evitar están señalados.
El consejo que necesitan puede encontrarse aquí, dado para otros
casos que estaban en condición similar. Dios se ha agradado de dar
línea sobre línea y precepto sobre precepto. Pero no hay muchos
de vosotros que sepan en realidad lo que está contenido en los
Testimonios. No estáis familiarizados con las Escrituras. Si hubierais
hecho de la Palabra de Dios vuestro estudio predilecto, con un deseo
de alcanzar las normas bíblicas y lograr la perfección cristiana,
no habríais necesitado los Testimonios. Es debido a que habéis
descuidado familiarizaros con el libro inspirado de Dios por lo que
él ha tratado de llegar a vosotros por medio de testimonios sencillos
y directos, llamándoos la atención a las palabras de la inspiración
que habéis dejado de obedecer, y urgiéndoos a modelar vuestra vida
[219]
según sus puras y elevadas enseñanzas.
“El Señor se ha dignado amonestaros, reprobaros y aconsejaros
por medio de los testimonios dados, e impresionaros con la impor-
tancia de la verdad de su Palabra. Los Testimonios escritos no tienen
el propósito de traer nueva luz, sino de impresionar vívidamente
en el corazón las verdades de la inspiración ya reveladas. El deber
del hombre hacia Dios y hacia su prójimo ha sido distintamente
especificado en la Palabra de Dios; sin embargo, sólo unos pocos
de vosotros son obedientes a la luz dada. No se presenta una luz
adicional; sino que Dios mediante los Testimonios, ha simplificado
las grandes verdades ya reveladas, y en la manera específica en que
él decidió, las ha puesto delante del pueblo, para despertar e impre-
sionar la mente por medio de ellos, a fin de que todos sean dejados
sin excusa.
“El orgullo, el amor propio, el egoísmo, el odio, la envidia y los
celos han oscurecido las facultades de percepción, y la verdad, que
os haría sabios para la salvación, ha perdido su poder de cautivar y
dominar la mente. Aun los principios fundamentales de la piedad
no se entienden porque no existe un sentido de hambre y sed por el
conocimiento de la Biblia. No hay pureza de corazón y santidad de