A todo el mundo
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complacencias innecesarias, sino para ser usado cuidadosamente en
la causa de Dios, en la obra de salvar a hombres y mujeres de la
ruina.
Se me ha mostrado que la prensa es poderosa para el bien o para
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el mal. Esta agencia puede alcanzar e influir la mente del público
como no lo puede ninguna otra cosa. La prensa, dirigida por hombres
que sean santificados y consagrados a Dios, puede ser un poder para
el bien y para traer a los hombres al conocimiento de la verdad. La
pluma es un poder en la mano de hombres que sienten la verdad
ardiendo en el altar de sus corazones, y que tienen un celo inteligente
por Dios, equilibrado con un sano juicio. La pluma, sumergida en
la fuente de la verdad pura, puede enviar los rayos de la luz a los
oscuros rincones de la tierra, los cuales reflejarán de vuelta sus
rayos, añadiéndoles nuevo poder y dando una luz aumentada para
ser esparcida por dondequiera.
Una cosecha de almas preciosas
Se me ha mostrado que las publicaciones ya han estado haciendo
una obra en algunas mentes en otros países, quebrantando los muros
del prejuicio y la superstición. Se me han mostrado hombres y
mujeres estudiando con intenso interés periódicos, y algunas páginas
de folletos, relativos a la verdad presente. Ellos leen las evidencias,
que les resultan tan maravillosas y nuevas, y abren sus Biblias con un
interés profundo y nuevo, a medida que les son aclarados temas de
la verdad que les eran oscuros, especialmente la luz con respecto al
sábado del cuarto mandamiento. Mientras investigan las Escrituras
para ver si estas cosas son así, una nueva luz brilla en su mente, pues
los ángeles los rodean e impresionan sus mentes con las verdades
contenidas en las publicaciones que han estado leyendo.
Los he visto sosteniendo periódicos y folletos en una mano, y
la Biblia en la otra, mientras sus mejillas estaban humedecidas con
lágrimas; y arrodillándose delante de Dios en oración ferviente y
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humilde, los he visto guiados a toda verdad: precisamente lo que el
Señor estaba haciendo por ellos antes que ellos se dirigieran a él.
Y cuando recibían la verdad en su corazón, y veían la armoniosa
cadena de verdades, la Biblia llegaba a ser para ellos un libro nuevo,