186
Notas biográficas de Elena G. de White
menudo hemos dejado de discernir la mano de Dios, y no hemos
recibido precisamente a aquellos que Dios nos ha provisto para que
trabajen en unión con nosotros y desempeñen una parte en enviar la
luz a otras naciones.
Sembrar sobre todas las aguas
Ha habido un descuido causado por nuestra pereza y una incre-
dulidad criminal entre nosotros como pueblo, que nos ha mantenido
a la retaguardia sin hacer la obra que Dios nos ha dejado y que con-
siste en permitir que nuestra luz brille delante de los que pertenecen
a otras naciones. Se siente temor en aventurarse y no se quiere correr
[236]
riesgos en la obra, temiendo que la inversión de medios no traiga
resultados. ¿Qué pasaría si se usan los medios y sin embargo no
podemos ver que algunas almas han sido salvadas por ellos? ¿Qué
pasaría si malgastáramos una porción de nuestros medios? Mejor es
trabajar y mantenerse activo que no hacer nada. Vosotros no sabéis
qué cosa prosperará, si esto o lo otro.
Dios tendrá hombres que arriesgarán cualquier cosa y todo lo
que tienen para salvar almas. Aquellos que no avanzan sino hasta
que puedan ver todo trecho del camino con claridad delante de ellos,
no rendirán ningún beneficio en este tiempo, para el progreso de la
verdad divina. Debe haber ahora obreros que avancen en la oscuridad
tanto como en la luz, y que se mantengan firmes y valientes pese
a los desánimos y las esperanzas frustradas, que trabajen con fe,
con lágrimas y con paciente esperanza, y siembren junto a todas las
aguas, confiando en el Señor para que él traiga los frutos. Dios llama
a hombres de nervio, de esperanza, de fe y de persistencia, para que
trabajen.
Publicaciones en muchos idiomas
Se me ha mostrado que nuestras publicaciones deben impri-
mirse en diferentes idiomas y ser enviadas a todo país civilizado,
a cualquier costo. ¿Qué valor tiene el dinero en este tiempo, en
comparación con el valor de las almas? Todo dólar de nuestros re-
cursos debe ser considerado como del Señor y no nuestro; y como
un precioso legado de Dios a nosotros, no para ser malgastado en