Trabajo con la pluma y la palabra
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oportunidades preciosas en este congreso. Se presentaron muchos
testimonios gozosos; pero no se realizó la obra completa que deseá-
bamos grandemente haber realizado... Hay una clase de fe que da
por sentado que tenemos la verdad; pero la fe que acepta plenamente
lo que Dios ha dicho, la fe que obra por amor y purifica el corazón,
se da muy raramente.
“Dios ha revelado verdades salvadoras en su Palabra. Como pue-
blo debemos ser estudiantes fervorosos de la profecía; no debemos
descansar hasta que entendamos bien el tema del santuario, que les
fue presentado en visiones a Daniel y a Juan. Este tema arroja gran
luz sobre nuestra posición y nuestra obra actual y nos presenta una
prueba inequívoca de que Dios nos ha guiado en nuestra pasada
experiencia. Explica nuestro chasco de 1844, mostrándonos que el
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santuario que había de ser limpiado no era la tierra, como habíamos
supuesto, sino que Cristo entonces entró en el lugar santísimo del
santuario celestial, y está allí realizando la obra final de su oficio
sacerdotal, en cumplimiento de las palabras que el ángel le dirigió al
profeta Daniel: ‘Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego
el santuario será purificado’
Daniel 8:14
.
“Nuestra fe con referencia al mensaje del primero, el segundo
y el tercer ángel era correcta. Los grandes postes señaladores que
hemos pasado son inconmovibles. Aunque las huestes del infierno
quieran derribarlos de su fundamento, y triunfar con el pensamiento
de que han tenido éxito, no lo lograrán. Estos pilares de la verdad se
mantienen tan inconmovibles como las colinas eternas, y no pueden
ser movidos ni por todos los esfuerzos de los hombres combinados
con los de Satanás y su hueste. Podemos aprender mucho y debemos
estar constantemente investigando las Escrituras para ver si estas
cosas son así. El pueblo de Dios debe tener ahora sus ojos fijos en
el santuario celestial, donde se está realizando la ministración final
de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio: donde él está
intercediendo por su pueblo”
La sesión de la Asociación General de 1883
Los congresos del otoño fueron seguidos por la vigesimosegunda
sesión anual de la Asociación General, durante la cual la Sra. White
The Review and Herald, 27 de noviembre de 1883
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