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El colegio de Avondale
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“Nunca podrá impartirse la debida educación a la juventud en
este país o en cualquier otro, a menos que estas instituciones estén
a gran distancia de las ciudades. Las costumbres y prácticas de las
ciudades incapacitan las mentes de los jóvenes para la recepción
de la verdad. El beber bebidas alcohólicas, el fumar y los juegos
de azar, las carreras de caballos, la asistencia a los cines, la gran
importancia que se les da a los días feriados, todas estas cosas son
especies de idolatría, un sacrificio sobre altares idólatras...
“No es un plan correcto establecer edificios de escuela donde los
estudiantes tengan constantemente delante de sus ojos las prácticas
erróneas que han modelado su educación durante toda su vida,
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sea este período largo o corto... Si las escuelas se ubicaran en las
ciudades o en el perímetro de unos pocos kilómetros de ellas, sería
más difícil contrarrestar la influencia de la educación anterior que
los alumnos han recibido con respecto a estos días feriados y las
prácticas relacionadas con ellos, tales como carreras de caballo,
apuestas y ofrecimientos de premios. La misma atmósfera de estas
ciudades está llena de miasmas ponzoñosas...
“Hallaremos que es necesario establecer nuestros colegios fuera
de las ciudades y lejos de ellas, y sin embargo no tan lejos que los
alumnos no puedan estar en contacto con ellas, para hacerles bien,
para permitir que la luz brille en medio de las tinieblas morales. Los
alumnos necesitan ser puestos bajo la influencia de circunstancias
más favorables para contrarrestar mucha de la educación que han
recibido...
“Necesitamos escuelas en el campo a fin de poder educar a los
niños y a los jóvenes para que lleguen a ser
señores
del trabajo, y no
esclavos
del trabajo. La ignorancia y la holgazanería no elevarán a un
miembro de la familia humana. La ignorancia no aliviará la suerte del
que trabaja duro. Que el obrero vea la ventaja que puede obtener en
la más humilde ocupación, usando la capacidad que Dios le ha dado
como una concesión. Así puede llegar a ser un educador, y enseñar
a otros el arte de hacer la obra inteligentemente. Puede entender
lo que significa amar a Dios con el corazón, el alma, la mente y
las fuerzas. Las facultades físicas han de consagrarse al servicio
por amor a Dios. El Señor necesita las fuerzas físicas, y podéis
revelar su amor por él mediante el uso debido de vuestras facultades