El colegio de Avondale
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físicas. La ignorancia de la fisiología, y el descuido en la observancia
de las leyes de la salud, han llevado a la tumba a muchos que podrían
haber vivido para trabajar y estudiar inteligentemente. El debido
ejercicio de la mente y el cuerpo desarrollarán y fortalecerán todas
las facultades. Tanto la mente como el cuerpo serán preservados, y
serán capaces de realizar una variedad de trabajo. Los ministros y
los maestros necesitan aprender lo relativo a estas cosas, y también
necesitan practicarlas. El debido uso de la fuerza física, así como
de las facultades mentales, equilibrará la circulación de la sangre, y
mantendrá todo órgano de la máquina viviente en buena condición.
A menudo se abusa de la mente, y ella es dirigida hacia la locura
prosiguiendo una sola línea de pensamiento. El empleo excesivo
del poder del cerebro y el descuido de los órganos físicos crea una
condición de enfermedad en el sistema. Toda facultad de la mente
puede ejercitarse con comparativa seguridad si las facultades físicas
son igualmente empleadas y el tema de pensamiento es variado.
Necesitamos un cambio de ocupación, y la naturaleza es un maestro
viviente y saludable...
“Se hallará que el hábito de la laboriosidad es una ayuda impor-
tante para que la juventud resista la tentación. Aquí hay un campo
para dar salida a sus energías restringidas que, si no se emplean
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en forma útil, serán una fuente constante de dificultades para ellos
mismos y para sus maestros. Pueden idearse muchas clases diferen-
tes de trabajo adaptadas a diferentes personas, pero el trabajo de la
tierra será una bendición especial para el obrero. Existe una gran
carencia de hombres inteligentes que labren la tierra, y que sean
cuidadosos. Este conocimiento no será un obstáculo en la educación
esencial para los negocios o para ser útil en otro ramo. El desarrollar
la capacidad de cultivar la tierra requiere pensamiento e inteligencia.
No solamente desarrollará los músculos, sino también la capacidad
de estudiar, porque la acción del cerebro y del músculo se equilibran.
Debemos educar a los jóvenes de tal manera que amen el trabajo de
la tierra y se deleiten en mejorarlo. La esperanza de hacer progresar
la causa de Dios en este país reside en crear un nuevo gusto moral
por el amor al trabajo, que transformará la mente y el carácter...
“La escuela que ha de establecerse en Australia debe considerar
en primer lugar la cuestión de las industrias, y revelar el hecho de que
la labor física tiene su lugar en el plan de Dios para todo hombre, y