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Notas biográficas de Elena G. de White
“Dios desea que la obra avance en Nueva York. Debe haber
millares de observadores del sábado en ese lugar, y los habría si
la obra se hiciera avanzar como debiera. Pero surgen prejuicios.
Los hombres quieren que la obra marche de acuerdo con los planes
[trazados], y rehúsan aceptar otros planes mayores de parte de otros.
Así se pierden oportunidades. En Nueva York debería haber varios
pequeños grupos establecidos, y deben enviarse obreros allí. El
hecho de que un hombre no esté ordenado como predicador no
significa que él no puede trabajar para Dios. Enséñese a los tales
cómo trabajar, y entonces permítase que vaya a hacer la obra. Al
regresar, cuenten ellos lo que han hecho. Alaben al Señor por sus
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bendiciones, y vayan de nuevo otra vez. Anímeselos. Unas pocas
palabras de estímulo serán una inspiración para ellos”
Reorganización
A fin de que la causa de Dios pudiera prosperar, era imperati-
vo que la administración fuera de tal naturaleza que permitiera el
máximo desarrollo posible en todos los ramos de servicio. “Dios
desea que su obra sea un poder que vaya surgiendo, ampliándose y
engrandeciéndose—declaró la Sra. White durante una reunión de
junta un día antes que se hiciera la apertura oficial del congreso de la
Asociación General—. Pero la dirección de la obra se está haciendo
confusa en sí misma... Dios pide que haya un cambio”
En el primer día del congreso, la Sra. White habló algo más
acerca de estos asuntos.
“Debe darse más fuerza a la administración de la Asociación...
Dios no ha colocado ningún poder monárquico en nuestras filas
para controlar esta rama o la otra rama de la obra. La obra ha sido
grandemente restringida por los esfuerzos para controlarla en todos
los ramos. Aquí hay una viña que presenta lugares desiertos en los
cuales no se ha trabajado. Y si alguno ha de empezar a labrar estos
lugares en el nombre del Señor, a menos que obtenga permiso de los
hombres que están en un pequeño círculo de autoridad no recibirá
ninguna ayuda. Pero Dios se propone que sus obreros tengan ayuda.
Si cien empezaran en una misión a trabajar estos campos destituidos,
The General Conference Bulletin, 396-399
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Manuscrito inédito.