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Notas biográficas de Elena G. de White
miembros del grupo habían regresado ya a Battle Creek cuando se
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recibió una segunda carta de la Sra. White en la cual ella daba los
siguientes consejos adicionales:
“Anoche me fueron presentadas muchas cosas con respecto a
nuestros actuales peligros, y algunas cosas relativas a la obra de
publicaciones fueron traídas muy distintamente a mi mente.
“Mientras nuestros hermanos buscan dónde ubicar la casa editora
Review and Herald, han de buscar fervientemente al Señor, actuar
con cuidado, vigilancia y oración, y con un sentido constante de su
propia debilidad. No debemos depender del juicio humano. Debemos
buscar la sabiduría que Dios da...
“Con respecto a establecer la institución en Nueva York, debo
decir: tened cuidado. No estoy en favor de que sea allí. No puedo
dar todas las razones, pero estoy segura de que cualquier lugar a
menos de cuarenta y cinco kilómetros de esa ciudad sería demasiado
cercano. Estudiad los alrededores de otros lugares. Estoy segura de
que debemos investigar cuidadosamente las ventajas de Washington,
D. C.
“Los obreros relacionados con la casa editora deben tener mucho
cuidado. Nuestros jóvenes y señoritas no deben ser colocados donde
estarían en peligro de ser entrampados por Satanás.
“No debemos establecer esta institución en una ciudad, ni en
los suburbios de una ciudad. Debe establecerse en un distrito rural,
donde pueda estar rodeada de terreno. En los arreglos hechos para
su establecimiento debe considerarse el clima. La institución debe
estar ubicada donde la atmósfera sea saludable. A este asunto de-
bemos darle un importante lugar en nuestras consideraciones, pues
cualquiera sea el lugar donde se establezca la oficina de publica-
ciones, también debe ser adecuado para un pequeño sanatorio o
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para establecer una pequeña escuela agrícola. Por lo tanto, debemos
encontrar un lugar que tenga suficiente terreno para estos propósitos.
No debemos establecernos en un centro congestionado.
“Hermanos míos, iniciad la obra en forma inteligente. Cada
punto sea considerado cuidadosamente y con oración. Después de
mucha oración y frecuente consulta los unos con los otros, actuad
de acuerdo con el mejor juicio de todos. Que cada obrero sostenga
a los demás. No desmayéis ni os desaniméis. Mantened vuestras