Página 371 - Notas biogr

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Labores finales
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sabiduría, a fin de que las verdades que nuestro pueblo necesita tanto
puedan ser presentadas en forma clara y aceptable. Estoy animada a
creer que Dios me permitirá hacerlo. Mi interés en la obra en general
es tan profundo como siempre, y anhelo grandemente que la causa
de la verdad presente progrese en forma sostenida en todas partes
del mundo. Pero hallo que es aconsejable no intentar mucho trabajo
en público mientras la obra de mis libros demanda mi supervisión...
“Estoy más agradecida de lo que pueda expresarlo, por el Espí-
ritu elevador del Señor, por el consuelo y la gracia que él continúa
dándome y porque él me concede la fuerza y la oportunidad de
impartir valor y ayuda a su pueblo. Por tanto tiempo como el Señor
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me dé vida, seré fiel a él y veraz, tratando de hacer su voluntad y
de glorificar su nombre. Quiera el Señor aumentar mi fe, para que
continúe conociéndolo, y haciendo su voluntad más perfectamente.
Bueno es el Señor, y grande para ser alabado”
Los pioneros del mensaje
En una de sus comunicaciones a los hermanos reunidos en el
congreso de la Asociación General de 1913, la Sra. White se refirió
al valor creciente de la experiencia del pasado con la cual estaban fa-
miliarizados los pioneros del mensaje del tercer ángel y concerniente
a la cual ellos podían dar un testimonio positivo.
“Deseo grandemente—escribió ella—que los viejos soldados
de la cruz, aquellos que han encanecido en el servicio del Maestro,
continúen presentando su testimonio directo para que los más jóve-
nes en la fe entiendan que los mensajes que el Señor nos dio en lo
pasado son muy importantes en esta etapa de la historia de la tierra.
Nuestra experiencia pasada no ha perdido una jota de su fuerza.
“Tengan todos cuidado de no desanimar a los pioneros, o de
hacer que sientan que es poco lo que ellos pueden hacer. Su in-
fluencia puede ejercerse todavía poderosamente en la obra de Dios.
El testimonio de los ministros de edad siempre será una ayuda y
una bendición para la iglesia. Dios velará por sus fieles y probados
portaestandartes, de noche y de día, hasta que venga el tiempo en
que depongan su armadura. Asegúreseles que están bajo el cuidado
The General Conference Bulletin, 164
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