Página 50 - Notas biogr

Basic HTML Version

Capítulo 6—La desilusión de 1843-44
Con temblorosa cautela nos acercábamos al tiempo en que se
esperaba la aparición de nuestro Salvador. Todos los adventistas
procurábamos con solemne fervor purificar nuestra vida y así estar
preparados para ir a su encuentro cuando viniese. En diferentes pa-
rajes de la ciudad se celebraban reuniones en casas particulares, con
lisonjeros resultados. Los fieles recibían exhortaciones para trabajar
en favor de sus parientes y amigos, y día tras día se multiplicaban
las conversiones.
Las reuniones en la sala Beethoven
A pesar de la oposición de los predicadores y miembros de las
otras iglesias cristianas, la sala Beethoven de la ciudad de Portland se
llenaba de bote en bote todas las noches, y especialmente los domin-
gos la concurrencia era extraordinaria. Personas de toda condición
social asistían a estas reuniones. Ricos y pobres, encumbrados y
humildes, clérigos y seglares, todos, por uno u otro motivo, estaban
deseosos de escuchar la doctrina del segundo advenimiento. Muchos
eran los que no podían entrar en la sala por estar ésta demasiado
llena, y ellos se marchaban lamentándolo.
El programa de las reuniones era sencillo. Se pronunciaba un
corto discurso sobre determinado tema, y después se otorgaba com-
pleta libertad para la exhortación general. No obstante lo numeroso
de la concurrencia, reinaba generalmente el más perfecto orden,
[61]
porque el Señor detenía el espíritu de hostilidad mientras sus siervos
expresaban las razones de su fe. A veces el que exhortaba era débil,
pero el Espíritu de Dios fortalecía poderosamente su verdad. Se
notaba en la asamblea la presencia de los santos ángeles, y muchos
convertidos se añadían diariamente a la pequeña grey de fieles.
46