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Notas biográficas de Elena G. de White
he visto yo en éxtasis unas cuantas veces, como también la vi en
Topsham, Maine; y todos los que presenciaron algunas de aquellas
emocionantes escenas, saben con cuán vivo interés y ahínco escu-
chaba yo cada palabra, y vigilaba cada movimiento, por si descubría
alguna impostura o influencia mesmérica. Doy gracias a Dios por
esta ocasión que me deparó de ser, juntamente con otras personas,
testigo de estas cosas. Ahora puedo hablar confiadamente por mí
mismo. Creo que la obra es de Dios, y es dada para consolar y forta-
lecer a su ‘pueblo dividido y disperso’, desde que terminó nuestra
obra por el mundo en octubre de 1844”
Oraciones fervientes y eficaces
Durante una reunión celebrada en Topsham se me mostró que
tendría mucha aflicción, y que se pondría a prueba nuestra fe después
de regresar a Gorham, donde residían mis padres.
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Al regresar, caí muy enferma con intensos sufrimientos. Mis
padres, mi esposo y mis hermanas se unieron en oración por mí,
pero continué sufriendo durante tres semanas. A menudo desfallecía
y quedaba como muerta, pero en respuesta a la oración, revivía. Mi
agonía era tan grande que suplicaba a los que me rodeaban que
no orasen por mí; porque pensaba que sus oraciones prolongaban
tan sólo mis sufrimientos. Los vecinos creyeron que me moría. Y
durante algún tiempo le plugo al Señor poner a prueba nuestra fe.
El Hno. Nichols y su esposa, de Dorchester, Massachusetts, se
enteraron de mi aflicción, y su hijo Enrique vino a Gorham para
traer algunas cosas con que aliviarme. Durante su visita, mis amigos
volvieron a unirse en oración en demanda de mi restablecimiento.
Después de orar los demás, el Hno. Enrique Nichols empezó a orar
muy fervorosamente con el poder de Dios sobre él, y al levantarse del
suelo donde se había arrodillado, cruzó el aposento, y poniéndome
las manos en la cabeza, dijo: “Hna. Elena, Jesucristo te sana”. Dicho
esto, cayó hacia atrás, postrado por el poder de Dios. Yo creí que
la obra era de Dios y desapareció el dolor. Mi alma se llenó de
gratitud y paz. En mi corazón decía: “Sólo tenemos auxilio en Dios.
De un folleto titulado
Una visión,
publicado en abril de 1847 (en la imprenta de
Benjamín Lindsey, New Bedford), reimpreso por el pastor Jaime White en (
A Word to
the Little Flock, 21
), mayo 1847.