Página 148 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Pesados para el cielo, 13 de mayo
Péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad.
Job 31:6
.
La verdadera medida lo es todo. Es la verdadera ley de Dios. El abarca
con su ley hasta el menor de los actos y transgresiones de los hombres,
para que éstos, al aprenderla y vivirla, puedan ser elevados, ennoblecidos y
santificados en su corazón y sus afectos, para que puedan ser fieles hasta en lo
más mínimo.—
Manuscrito 62, 1896, pp. 7
.
Dios pesa los motivos, los propósitos y el carácter. Todos los hombres son
pesados en las pesas del santuario, y Dios quiere que todos comprendan este
hecho. Ana dijo: “Porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar
las acciones”.
1 Samuel 2:3
. David dijo: “Por cierto, vanidad son los hijos de
los hombres, mentira los hijos de varón: pesándolos a todos igualmente en la
balanza, serán menos que vanidad”.
Salmos 62:9
. Isaías dijo: “El camino del
justo es rectitud: tú, recto, pesas el camino del justo”.
Isaías 26:7
.
El Dios del cielo es verdadero. No hay un motivo en las profundidades
del corazón, no hay un secreto en nosotros, no hay un designio que Dios
no comprenda plenamente. Pero, ¿cuál es la norma de la justicia? La ley de
Dios. La ley de Dios está colocada en un platillo de la balanza, su santa ley
inmutable cuyos derechos están especificados, la cual, en los primeros cuatro
mandamientos, exige amor supremo a Dios, y en los últimos seis, amor a
nuestros semejantes. “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón ... y a tu
prójimo como a ti mismo”.
Lucas 10:27
. No debemos apartarnos ni en una
coma de esta norma. Dios requiere todo el corazón, la mente, el alma y las
fuerzas, y “amar a tu prójimo como a ti mismo”. Esto se coloca en un platillo
de la balanza, mientras todo carácter individual debe pasar la prueba del peso
al ser colocado en el platillo opuesto. Y el carácter de cada hombre, mediante
una justa comparación, queda irreparablemente fijado. ...
¿Será escrito: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto”? Ser
encontrado falto en el día de Dios será una cosa terrible, por lo tanto queremos
que nuestros motivos y acciones sean examinados estrechamente por la santa
ley de Dios. Queremos arrepentirnos de toda transgresión, y, como pecadores,
aferrarnos de los méritos de Cristo, para suplir la deficiencia.—
Manuscrito
65, 1886, pp. 13, 14
.
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