Página 149 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Una obediencia de corazón, 14 de mayo
No sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres; sino como
siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios.
Efesios 6:6
.
La ley de Jehová es muy amplia. Jesús ... declaró llanamente a sus discí-
pulos que la santa ley de Dios podía ser violada aun por los sentimientos, los
pensamientos y los deseos, tanto como por las obras y las palabras. El corazón
que ama a Dios sobre todas las cosas, de ninguna manera se sentirá inclina-
do a estrechar sus preceptos hasta concederles un derecho mínimo, pero, el
alma obediente y leal alegremente le rendirá una plena obediencia espiritual
cuando la ley sea vista en su poder espiritual. Entonces, los mandamientos
se posesionarán del alma con toda su verdadera fuerza. El pecado aparecerá
sumamente pecaminoso. ... Ya no habrá más justicia propia, estima propia,
honor propio. La seguridad propia habrá desaparecido. El resultado será una
profunda convicción de pecado y aversión hacia sí mismo, y entonces el alma,
comprendiendo el peligro que corre, se aferrará de la sangre del Cordero de
Dios como su único remedio. ...
Muchos están engañando sus propias almas actualmente. Restringen los
mandamientos de Dios, y hacen que éstos condenen únicamente los actos ex-
teriores, y no consideren como pecado deshonrar a Dios con los pensamientos
y los afectos. Se halagan a sí mismos de estar guardando la ley de Jehová,
mientras su vida y su carácter, como si estuvieran fotografiados en los libros
del cielo, los revelan como tratando de ver cuán lejos pueden ir en dirección
de la maldad sin ser tachados de transgresores de la ley de Dios. ...
Toda alma que desea alejarse de toda iniquidad ... trabajará por estar al
lado del Señor en pensamiento, en palabras y en carácter, obediente a todos
sus requerimientos. En lugar de buscar oportunidades para evadirse de la ley
de Dios, realizará la interpretación más amplia del extenso alcance de sus
mandamientos, y se esforzará muy sinceramente por hacer que la voluntad, los
afectos y todo el corazón ejemplifiquen los grandes principios de sus santos
mandamientos. ... La obra debe comenzar en el corazón. ... Si el corazón
está en armonía con Dios, entonces toda la vida será purificada, refinada,
ennoblecida y santificada. ... La religión no es cosa de exterioridades. ... La
religión es un asunto del corazón.—
Carta 51, 1888, pp. 3-5
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