Página 150 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

Uniendo la ley y el evangelio, 15 de mayo
¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes
establecemos la ley.
Romanos 3:31
.
Oímos decir a muchas personas que están engañadas por el enemigo: “Yo
estoy salvado”; pero manifiestan tanto desprecio por la regla de justicia de
Dios, que sabemos que ... ellos no conocen nada acerca de la gracia salvadora.
El corazón no está en armonía con la ley de Dios, sino que está en enemistad
con esa ley. Así sucedió con el gran rebelde en el cielo. ¿Llevará al cielo
el Señor, a los hombres y a las mujeres que no tienen respeto por la ley del
universo? ...
¿Qué cosa puede hacer que el pecador conozca sus pecados, a no ser que
conozca qué es el pecado? La única definición de pecado que se encuentra
en la Palabra de Dios, está en
1 Juan 3:4
. “El pecado es la transgresión de la
ley”. El pecador debe llegar a sentir que es un transgresor. Cristo agonizante
en la cruz del Calvario debe atraer su atención. ¿Por qué murió Cristo? Porque
era el único medio por el cual podía salvarse el hombre. ... El tomó sobre sí
mismo nuestros pecados, para poder imputar su justicia a todo el que crea en
él. ...
La bondad y el amor de Dios conducen al pecador al arrepentimiento hacia
Dios y hacia la fe en nuestro Señor Jesucristo. Al pecador despertado ... le
señala la ley que ha transgredido. Lo llama al arrepentimiento, y sin embargo,
la ley carece de la capacidad para perdonar la transgresión de la ley, y su caso
parece desesperado. Pero la ley lo conduce hacia Cristo. No importa cuán
profundos sean sus pecados de transgresión, la sangre de Jesucristo puede
limpiarlo de todo pecado. ...
La ley y el Evangelio van mano a mano. La una es el complemento del
otro. La ley sin fe en el Evangelio de Cristo no puede salvar al transgresor.
El Evangelio sin la ley es ineficaz e impotente. La ley y el Evangelio son un
todo perfecto. El Señor Jesús puso el fundamento del edificio y colocó “la
primera piedra con aclamaciones de gracia, gracia a ella”.
Zacarías 4:7
. El es
el Autor y el Consumador de nuestra fe, el Alfa y la Omega, el principio y el
fin, el primero y el último. Los dos unidos—el Evangelio de Cristo y la ley de
Dios—producen el amor y la fe genuinos.—
Manuscrito 53, 1890
.
[144]
146