Página 151 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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El camino hacia la pureza, 16 de mayo
Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él
también es limpio.
1 Juan 3:3
.
¿Significa este texto que el ser humano puede quitar una mancha de pecado
de su alma? No. Entonces, ¿qué significa purificarse a sí mismo? Significa
contemplar la gran norma moral de justicia del Señor, la santa ley de Dios, y
comprender que se es pecador a la luz de esa ley. “Y cualquiera que tiene esta
esperanza en él, se purifica, como él también es limpio. Cualquiera que hace
pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley. Y
sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él”.
1 Juan 3:4, 5
. Es mediante la fe en Jesucristo como ... se purifica y limpia el
instrumento humano. ... “Cualquiera que permanece en él, no peca”.
Vers. 6
.
Dios tiene poder para guardar el alma que está en Cristo. La mera profesión
de piedad, no vale nada. Es cristiano el que mora en Cristo. ...
En todo clima y en toda nación, nuestros jóvenes deben cooperar con Dios.
La única manera como una persona puede ser pura consiste en tener la misma
mente de Dios. ¿Cómo podemos conocer a Dios? Estudiando su Palabra. ...
A menos que la mente de Dios llegue a ser la mente del hombre, todo
esfuerzo por purificarse a sí mismo será inútil; porque es imposible que
el hombre se eleve fuera del conocimiento de Dios. Los hombres pueden
colocarse un barniz exterior, y llegar a ser como los fariseos, a quienes Jesús
describió como “sepulcros blanqueados”, llenos de corrupción y de huesos de
hombres muertos. Pero toda la deformidad del alma es evidente para Aquel
que juzga justamente, y a menos que la verdad sea plantada en el corazón, no
puede regir la vida. La limpieza exterior del vaso, nunca podrá hacerlo puro
en lo interior. Una aceptación nominal de la verdad es buena mientras se la
mantiene, y la capacidad de dar razón de nuestra fe es una buena realización,
pero si la verdad no va más hondo que esto, el alma nunca será salvada. El
corazón debe ser purificado de toda contaminación moral. “Yo sé, Dios mío,
que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada”.
1 Crónicas
29:17
. “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: pruébame y reconoce
mis pensamientos: y ve si hay en mí camino de perversidad”.
Salmos 139:23,
24
.—
Carta 13, 1893, pp. 18-20
.
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