Página 16 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

El inconmensurable don de Dios, 7 de enero
Gracias a Dios por su don inefable.
2 Corintios 9:15
.
Aquellos que reciben a Cristo por fe, serán considerados por el cielo como
perlas preciosas, por las cuales el mercader ha pagado un precio infinito, y los
seres humanos que encuentren a Cristo, comprenderán que han encontrado
un tesoro celestial. Estarán ansiosos por vender todo lo que poseen a fin de
comprar el campo que contiene ese tesoro. Cuando contemplen el amor de
Dios, cuando el plan de salvación se despliegue ante su vista, a medida que
el misterio de la condescendencia de Cristo se haga más claro para ellos, a
medida que contemplen el sacrificio que él hizo por ellos, no considerarán
ninguna cosa demasiado cara para entregarla, por amor a él. Cuanto más
se espacien en el admirable amor de Dios, tanto más vastas se harán sus
proporciones, y el brillo de la gloria de Dios se hará deslumbrador para la
visión de los mortales.
El Señor Dios del cielo reunió todas las riquezas del universo y las entregó,
a fin de comprar la perla de la inmortalidad perdida. El Padre dió todos sus
recursos divinos, y los puso en las manos de Cristo, a fin de que las bendiciones
más ricas del cielo pudieran ser derramadas sobre la humanidad caída. Dios
no podía expresar un amor mayor del que ha expresado al dar al Hijo de su
predilección a este mundo. Este don fué dado al hombre para convencerlo
de que Dios no ha dejado sin hacer nada que pudiera haber hecho, que no
queda nada en reserva, sino que todo el cielo ha sido derramado en un solo
don inconmensurable. La felicidad presente y eterna del hombre, consiste en
recibir el amor de Dios y en guardar los mandamientos divinos.
Cristo es nuestro Redentor. El es el Verbo que se hizo carne y moró entre
nosotros. El es la fuente en la cual podemos ser lavados y limpiados de toda
impureza. El es el costoso sacrificio que ha sido dado para la reconciliación
del hombre. El universo del cielo, los mundos que no han caído, el mundo
caído y la confederación del mal, no pueden decir que Dios habría podido
hacer más por la salvación del hombre. Su don nunca podrá ser sobrepasado,
nunca podrá Dios manifestar una profundidad de amor más rica. El Calvario
representa su obra cumbre. ... El Señor quiere que sus seguidores se extasíen
con Dios a través del conocimiento de su carácter paternal.—
The Youth’s
Instructor, 17 de octubre de 1895
.
[16]
12