Página 175 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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En el taller de Dios, 8 de junio
Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa
espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales,
agradables a Dios por Jesucristo.
1 Pedro 2:5
.
El templo judío fué construído con piedras labradas, cortadas en las mon-
tañas; y cada piedra era apropiada para ocupar su lugar en el templo, labrada,
pulida y probada, antes de ser llevada a Jerusalén. Y cuando todas fueron
llevadas al lugar de la construcción, el edificio fué levantado, sin el sonido
de hachas o martillos. Este edificio representa el templo espiritual de Dios,
que está compuesto de material reunido de toda nación, y lengua y pueblo, de
todas las clases, elevadas y bajas, ricos y pobres, cultos e incultos. Estas no son
sustancias muertas que deban prepararse con la ayuda del martillo y el cincel.
Son piedras vivas, cortadas del mundo por la verdad; y el gran Constructor
Maestro, el Señor del templo, ahora está labrándolas y puliéndolas, y prepa-
rándolas para ocupar sus lugares respectivos en el templo espiritual. Cuando
esté completo, será perfecto en todas sus partes, y será la admiración de los
ángeles y los hombres, porque su Constructor y Hacedor es Dios.—
Historical
Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 136, 137
.
El cuidado manifestado en la construcción del templo, es una lección para
nosotros acerca del cuidado que debemos manifestar en la edificación de
nuestro carácter. No ha de usarse material barato. No debe hacerse una obra
casual en el ensamble de las piezas diferentes. Cada pieza debe corresponder
a otra pieza. Así como era el templo de Dios, también debe ser su iglesia. Su
pueblo no debe poner en la construcción de su carácter madera sin valor, ni
trabajo descuidado e indiferente.—
Manuscrito 18, 1905
.
Ahora estamos en el taller de Dios, y el proceso está avanzando en estas
horas de prueba para capacitarnos para el templo glorioso. Ahora no podemos
ser indiferentes, negligentes, ni descuidados, y rehusar alejarnos del pecado
... y esperar llegar a ser puros y santos y aptos en carácter, según la similitud
de un palacio. ... Ahora es el día de preparación, ahora es el tiempo cuando
podemos quitar nuestros defectos.—
Carta 60, 1886, pp. 8
.
Una piedra que no brilla carece de valor. Lo que constituye el valor de
nuestra iglesia no son piedras muertas y sin lustre, sino piedras vivas, piedras
que captan los brillantes rayos de la Piedra principal, el Sol de Justicia.—
Carta
15, 1892, pp. 5-7
.
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