Página 187 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

Ayuda para el descarriado, 20 de junio
Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois
espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre;
considerándote a ti mismo, porque tú no seas también tentado.
Gálatas
6:1
.
Este versículo nos da una instrucción especial para tratar tiernamente con
aquellos que son tomados en falta. “Tomado” debe recibir todo su significado.
... Ser inducido a pecar inadvertidamente—sin intentar pecar, sino pecar por
falta de vigilancia y oración, sin discernir la tentación de Satanás, cayendo
así en la trampa—, es muy diferente que si uno planea el pecado y entra
deliberadamente en la tentación y prepara una conducta de pecado. ...
Se necesitan las medidas más efectivas para enfrentar el pecado preme-
ditado; pero el apóstol da las instrucciones que deben darse a aquellos que
son tomados o sorprendidos o vencidos por la tentación. ... Restáuralos en
humildad, “considerándote a ti mismo, porque tú no seas también tentado”.
Para hacerles ver su peligro y pecado se necesitarán fe y reproche, y un consejo
bondadoso y súplicas a Dios. La palabra original es “puesto en articulación”
como un hueso dislocado; por lo tanto debieran realizarse esfuerzos para
ponerlos en articulación, y hacerlos entrar en razón, convenciéndolos de su
pecado y error. ... Nadie debería jactarse por la caída de un hermano. Sino
que con mansedumbre, en el temor de Dios, en amor por su alma, se debería
procurar salvarlo del pecado.—
Carta 11, 1887, pp. 7, 8
.
Cuando los hombres tienen que nadar contra la corriente, el empuje de las
olas tiende a hacerlos retroceder. Extiéndaseles entonces una mano, como se
extendió la mano del Hermano mayor para socorrer a Pedro que se hundía. ...
Que los hermanos no den ocasión a desanimarse a aquel que se supone que
ha obrado incorrectamente, sino que le haga sentir el fuerte apretón de una
mano de simpatía; que él escuche este susurro: “Oremos”. El Espíritu Santo
les dará a ambos una rica experiencia. Es la oración la que une los corazones.
Es la oración al gran Médico, en busca de sanidad para el alma, la que traerá
la bendición de Dios. La oración nos une unos a otros, y con Dios. La oración
trae a Jesús a nuestro lado, y proporciona nueva fortaleza y gracia al alma
desmayada y perpleja, para vencer al mundo, a la carne y al diablo. La oración
desvía los ataques de Satanás.—
Carta 50, 1897, pp. 17
.
[180]
183