Página 228 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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En la luz del sol de Cristo, 29 de julio
Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, ... antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo.
Efesios 4:14, 15
.
“Velad y orad”, y creceréis rápidamente en la gracia y el conocimiento de
Cristo. No tendréis una experiencia unilateral y deformada, sino saludable y
simétrica. Sin percataros de ello, os habréis expandido como el amplio cedro,
y muchos disfrutarán de vuestro consejo; vuestra asociación con ellos tendrá
la fragancia celestial.
Hay muchos profesores de religión quienes durante años no han crecido
una pulgada. La escoria del mundo, el egoísmo y la indolencia los han separado
en su simpatía y en sus trabajos de Cristo. Mientras mantienen una forma de
piedad carecen por completo de su poder.
Si estáis viviendo a la luz de Cristo irradiaréis luz a esas pobres almas que
son heladas en la vida religiosa. Con la justicia de Cristo cubriéndoos como
un ropaje, ¡cuánto no podríais hacer para bendecir a otros! ...
Debéis tener un compañerismo con el Padre y con el Hijo, y crecer en
el conocimiento de la perfección divina. Creceréis en reverencia, obtendréis
confianza en la comunión con Dios. Mirando firmemente a Jesús creceréis en
fe, y aprenderéis a desconfiar del yo, y apreciaréis estas palabras de Cristo:
“Sin mí, nada podéis hacer”.
Juan 15:5
.
Podéis tener un espíritu ferviente, y vuestro corazón radiante con el amor
de Jesús. Permaneced en Cristo como el vástago en la vid. Extrayendo sustan-
cia de la vid, seréis ramas florecientes, y llevaréis mucho fruto para la gloria
de Dios. ¡Oh, necesitáis mucho contemplar fijamente a Jesús! Perseverad
contemplando sus encantos. Mientras lo contempléis se mantendrán brillando
y ampliándose hasta que seáis llenos con toda la plenitud de Dios, y llevéis
mucho fruto para su gloria. El sarmiento está demasiado firmemente implan-
tado en la cepa como para ser separado por cualquier viento. La fortaleza y
el crecimiento vigoroso dicen al mundo que estáis arraigados en Jesús, que
vuestro fundamento es seguro.—
Carta 5b, 1891, pp. 9, 10
.
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