Página 269 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Una atmósfera moral pura, 6 de septiembre
Para que andes por el camino de los buenos, y guardes las veredas de
los justos.
Proverbios 2:20
.
La sangre que circula por las venas debe ser pura a fin de mantener al
cuerpo en estado de salud; para ser pura tiene que tener aire y alimento
puros. El uso de alimentos indebidos y la inhalación de aire impuro causan
enfermedades que se manifiestan de diversas formas.
La pureza y la integridad de nuestra vida religiosa dependen no sólo
de la verdad que aceptamos, sino de la compañía en que andamos, y de la
atmósfera moral que respiramos. La fe, la elasticidad y el vigor, la esperanza,
el gozo, la duda y los temores, la pereza, la estupidez, la envidia, los celos, la
desconfianza, el egoísmo, la indocilidad y la apostasía, son el resultado de las
asociaciones que formamos, de la compañía en que andamos, y del aire que
respiramos.
El formar asociaciones incorrectas producirá resultados desdichados. ...
Es posible leer la Biblia y ofrecer oraciones, y sin embargo no habrá un
aumento de la salud espiritual, no habrá un crecimiento del alma, mientras
esté contaminado el aire que se respira. ... Los creyentes debieran ejercer el
mayor cuidado para colocarse en estrecha relación con Dios y con aquellos
que han sido enseñados por Dios. Resulta doloroso ver a aquellos que han
creído la verdad presente caer en las redes de Satanás. ...
Elevamos nuestra voz y anunciamos a cada creyente en la verdad presente:
Si queréis tener salud espiritual, atended a vuestros pulmones. Atended a
vuestro alimento espiritual. Cultivad un amor por la sociedad de aquellos que
son puros y buenos, si queréis que Cristo se forme dentro de vosotros. La
salud del alma depende de que respiremos una pura atmósfera moral.—
Carta
1, 1882, pp. 13-15
.
Cristo, el gran Médico, ha dado una receta para cada creyente. Debe comer
el alimento que proporciona la Palabra de Dios. Y la fe que obra por amor a
Dios y al hombre depende no sólo del alimento que comemos sino también del
aire que respiramos. Si nos asociamos con aquellos que son malos, respiramos
una atmósfera contaminada con la malaria del pecado. Aseguraos mediante la
asociación con los humildes y mansos seguidores de Jesús la posibilidad de
respirar una atmósfera pura y santa.—
Manuscrito 60, 1901, pp. 5, 6
.
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