Página 304 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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El cielo es barato a cualquier precio, 9 de octubre
Y cualquiera que no trae su cruz, y viene en pos de mí, no puede ser mi
discípulo.
Lucas 14:27
.
Es demasiado cierto que la gran masa que posee habilidad y talento no
elige viajar por el camino cristiano. ¿Son su talento y su habilidad demasiado
preciosos para dedicarlos al Dador, al Señor del cielo y la tierra? ...
Muchos serían seguidores de Cristo si él descendiera de la cruz y se
presentara ante ellos en la forma en que ellos desean. Si viniera con riquezas y
placeres, muchos lo recibirían alegremente, y se apresurarían a coronarlo como
el Señor de todo. Si sólo pusiera a un lado su humillación y sus sufrimientos y
exclamara: “El que quiere venir en pos de mí, agrádese a sí mismo y goce del
mundo y será mi discípulo”, multitudes creerían en él.
Pero el bendito Jesús no vendrá a nosotros en ninguna otra forma, sino
como el manso y humilde crucificado. Debemos participar de su abnegación y
sufrimientos aquí, si queremos tomar la corona en el más allá. ...
La Palabra de Dios no ha ampliado el camino angosto, y si las multitudes
han encontrado un camino donde pueden llevar una forma de piedad y no
llevar la cruz o sufrir tribulación, han encontrado un camino por donde nuestro
Salvador no anduvo y siguen otro ejemplo que no es el que Cristo nos dejó.
¿No es suficiente que Jesús haya dejado la felicidad y la gloria del cielo,
que haya llevado una vida de pobreza y de profunda aflicción, y que haya
muerto de una muerte cruel y vergonzosa para proporcionarnos los gozos de
la santidad y el cielo? ¿Y podría ser que nosotros, los objetos indignos de una
condescendencia y un amor tan grandes, busquemos una parte mejor en esta
vida de la que se le dió a nuestro Redentor?—
Carta 2, 1861, pp. 2-5
.
¡Cuán fácil sería el camino que lleva al cielo si no exigiera la abnegación
o la cruz! ¡Cómo se apresurarían los mundanos a correr hacia el camino, y
cómo viajarían los hipócritas por él en número incontable! Gracias a Dios por
la cruz y por la abnegación. La ignominia y la vergüenza que nuestro Salvador
soportó por nosotros no es demasiado humillante para aquellos salvados por la
compra de su sangre. Verdaderamente el cielo resulta barato.—
Carta 9, 1873,
pp. 3
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