Página 311 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

Palabras como manzanas de oro, 16 de octubre
Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene.
Proverbios 25:11
.
Algunas personas salen de su diaria comunión con Dios vestidas con la
humildad de Cristo. Sus palabras salen con dulzura de sus labios. Esparcen
semillas de amor y de bondad a todo lo largo de su camino, porque Cristo vive
en su corazón.—
Manuscrito 24, 1887
.
La lengua necesita ser educada, disciplinada y entrenada para que hable
acerca de las glorias del cielo, para que hable del amor incomparable de
Jesús.—
Carta 32, 1890
.
Hay almas que yerran, y que sienten su vergüenza y su locura. Están
hambrientas de recibir palabras de ánimo. Contemplan sus errores y faltas
hasta que casi se entregan a la desesperación. En lugar de ... reprochar y
condenar y quitar el último rayo de esperanza que el Sol de Justicia derrama
en sus corazones, que vuestras palabras traigan un bálsamo sanador sobre el
alma quebrantada. No seáis como el granizo desolador que golpea y destruye
la tierna esperanza que surge en el corazón. No dejéis al alma hambrienta que
perezca en su desamparo porque dejasteis de pronunciar palabras tiernas y de
aliento.—
The Review and Herald, 20 de agosto de 1895, pp. 529, 530
.
La elocuencia más persuasiva es la palabra que se habla en amor y sim-
patía. Tales palabras llevarán luz a las mentes confundidas y esperanza al
desanimado, y alumbrarán la perspectiva que tienen por delante. El tiempo
en que vivimos exige una energía vital y santificada; pide fervor, celo, y la
tierna simpatía y amor; pide palabras que no aumentarán la miseria, sino que
inspirarán fe y esperanza. Vamos hacia el hogar, en busca de un país mejor, de
un país celestial. En lugar de hablar palabras que causarán resentimiento en los
pechos de quienes las oyen, ¿no hablaremos del amor con que Dios nos ama?
¿No procuraremos aliviar los corazones de aquellos que nos rodean mediante
palabras de simpatía cristiana?—
The Review and Herald, 16 de febrero de
1897
.
Aquellos que aman a Jesucristo contemplarán su carácter, meditarán sobre
sus palabras, practicarán sus preceptos, y serán misioneros vivientes. Las
palabras que pronuncian serán como manzanas de oro con adornos de plata.—
Carta 2, 1895
.
[298]
307