Página 317 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Plantando semillas de verdad, 22 de octubre
Por la mañana siembra tu simiente, y a la tarde no dejes reposar tu
mano: porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto o lo otro, o si ambas a
dos cosas son buenas.
Eclesiastés 11:6
.
Como profesos hijos de Dios, estamos bajo la solemne obligación de
buscar y de salvar al perdido. ... Dios desea que os asociéis con los creyentes y
los incrédulos para que podáis ayudar a todos a obtener un conocimiento más
pleno de la verdad. Relacionaos con aquellos que pensáis que podéis ayudar,
y luego, cuando converséis con ellos, no habléis de banalidades y necedades,
sino de las preciosas cosas de Dios. ... Los ángeles de Dios impresionarán la
mente si, con el Espíritu de Cristo, procuráis alcanzar a las almas y ayudarlas.—
Manuscrito 81, 1909, pp. 3
.
Dondequiera que estéis, brille vuestra luz. Distribuid revistas y folletos
a aquellos con quienes os relacionáis, cuando viajáis en los tranvías, cuando
hacéis visitas, cuando conversáis con vuestros vecinos. Y aprovechad toda
oportunidad de hablar una palabra oportuna. ...
Deberíamos cultivar la bondad y la cortesía en nuestro trato con aquellos
con quienes nos encontramos. Esforcémonos ... siempre por presentar la
verdad de una manera fácil. Esta verdad significa vida, vida eterna para aquel
que la recibe. Estudiad por lo tanto la manera de pasar fácil pero cortésmente
de temas de naturaleza temporal a los de naturaleza espiritual y eterna. ...
Mientras camináis por la calle o estáis sentados junto al camino podéis sembrar
la semilla de la verdad en algún corazón.—
Counsels on Health, 435
.
Hay trabajo que hacer por nuestro Maestro. Hay almas que por nuestra
influencia, pueden ser conducidas a Cristo. ¿Quién está listo para dedicarse de
todo corazón a esta obra? ...
“Tuya es la semilla-tiempo; sólo Dios
contempla el fin de lo que se siembra;
más allá de nuestra visión, débil y oscura,
el tiempo de la cosecha está oculto en él;
Aunque olvidada adonde está,
la semilla de generoso sacrificio,
aunque parece arrojada en el desierto,
finalmente florecerá con flores y frutos”
The Signs of the
Times, 19 de enero de
1882.
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