Página 32 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Para ser como Cristo, 23 de enero
Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Colosenses 3:3
.
Jesús quiere que seáis felices, pero no podéis serlo si seguís vuestro propio
camino, y los impulsos de vuestro corazón. ... Nuestras nociones, nuestras
peculiaridades, son enteramente humanas, y no debe dejarse que predominen
sobre nosotros. El yo debe ser crucificado, no una vez u otra, sino diariamente,
y lo físico, mental y espiritual debe subordinarse a la voluntad de Dios. La
gloria de Dios, la perfección del carácter cristiano, debe ser el blanco y el
propósito de nuestra vida. Los seguidores de Cristo deben imitarlo en su
disposición. ... El lema es
como Cristo,
no como vuestro padre o vuestra
madre, sino como Jesucristo—ocultos en Cristo, vestidos de la justicia de
Cristo, imbuidos con el Espíritu de Cristo. Todas las peculiaridades que nos
han sido dadas como herencia, o adquiridas por indulgencia, o a través de una
educación errónea, deben ser vencidas cabalmente, y resistidas decididamente.
El amor a la estima, y el orgullo de la opinión, todo debe ser llevado al
sacrificio. ...
Jesús es nuestro ayudador; debemos vencer en él y mediante él. La gracia
de Cristo está esperando que la pidáis. ... El os dará gracia y fortaleza a medida
que la necesitéis y se la pidáis. ... La religión de Cristo atará y restringirá toda
pasión no santificada, estimulará hacia la energía, hacia la disciplina propia y
el trabajo, aun en las cuestiones hogareñas de la vida diaria, y nos conducirá
a aprender economía, tacto, abnegación y a soportar aun las privaciones, sin
murmurar. El Espíritu de Cristo en el corazón será revelado en el carácter, en
el que desarrollará cualidades nobles y capacidades. “Bástate mi gracia”. (
2
Corintios 12:9
), dice Cristo.—
Carta 25, 1882, pp. 6-8
.
Dios ha hecho mucho para posibilitarnos la libertad en Cristo, para li-
bertarnos de la esclavitud de los malos hábitos y de las malas inclinaciones.
Queridos jóvenes amigos, ¿no os esforzaréis por ser libres en Cristo? Señaláis
a éste y a aquél cristiano profeso diciendo: “No tenemos confianza en ellos. Si
sus vidas son ejemplos de cristianismo, no queremos nada de ellos”. No miréis
a los que os rodean. Mirad, en vez de a ellos, a nuestro ejemplo perfecto, el
hombre Cristo Jesús. Contemplándolo seréis cambiados a su imagen.—
The
Youth’s Instructor, 21 de agosto de 1902, pp. 1
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