Página 33 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Permaneced junto a Jesús, 24 de enero
Con todo, yo siempre estuve contigo: trabaste de mi mano derecha.
Hasme guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria.
Salmos 73:23, 24
.
Antes de iniciar cualquier trabajo importante, recordad que Jesús es vuestro
consejero, y que es vuestro privilegio contarle vuestras preocupaciones. No
mantengáis a Jesús relegado, y nunca dejéis de mencionar su nombre, nunca
dejéis de llamar la atención de vuestros amigos hacia Aquel que está a vuestro
lado, para ser vuestro consejero. ¿Vuestros amigos no os considerarían faltos
de respeto si estuvieran a vuestro lado y vosotros nunca les hablarais a ellos, o
hablarais de ellos? ...
Muchos se quejan de que Jesús está muy lejos. ¿Quién lo ha colocado tan
lejos? ¿No ha sido vuestra propia conducta la que os ha separado de Jesús?
El no os ha olvidado, sino que vosotros lo habéis olvidado a él, para dedicar
vuestras preferencias a otros. ... Cuando erráis de un lado a otro, y estáis
encantados con la voz del seductor, y fijáis vuestros afectos sobre una cosa
sin importancia, estáis en peligro de perder vuestra paz y confianza en Dios.
Entonces es cuando Satanás os presenta el pensamiento de que Jesús os ha
olvidado. ¿Pero no habéis olvidado vosotros a Jesús? ... No nos atrevamos
a dejar que su nombre languidezca en nuestros labios, y su amor y recuerdo
muera en nuestros corazones.
“Bueno—dirá el cristiano profeso, frío y formal—, esto es hacer a Cristo
demasiado semejante a un ser humano”; pero la Palabra de Dios respalda estas
mismas ideas. Es la falta de estos conceptos prácticos y definidos de Cristo, lo
que impide que tantos tengan una genuina experiencia en el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Esta es la razón por la cual muchos están
temiendo, dudando y lamentándose. Sus ideas acerca de Cristo y del plan
de salvación son vagas, pesadas, y confusas. Si ellos, como David, hubieran
puesto siempre al Señor delante, ... sus pies estarían afirmados sobre una sóli-
da roca. Contemplad a Jesús crucificado delante de vosotros. Contempladlo
afligido por vuestros pecados; y cuando oráis, arrepentíos y desead ferviente-
mente verlo como vuestro Redentor, que perdona vuestros pecados, listo para
bendeciros, y para oir vuestro reconocimiento de él. Manteneos estrechamente
a su lado.—
The Youth’s Instructor, 19 de julio de 1894, pp. 228
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