Página 326 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

Coadjutores de Dios, 31 de octubre
Porque nosotros, coadjutores somos de Dios; y vosotros labranza de
Dios sois, edificio de Dios sois.
1 Corintios 3:9
.
El hombre no puede ser remolcado hacia el cielo; no puede ir como un
pasajero pasivo. El mismo debe utilizar los remos, y trabajar como colaborador
con Dios.—
Carta 135, 1897, pp. 8
.
Si pensáis que podéis soltar los remos y hacer el viaje corriente arriba
estáis equivocados. Únicamente mediante un esfuerzo ferviente, utilizando
los remos con toda vuestra fuerza, es como podréis remontar la corriente.
¡Cuántos son tan débiles como el agua, cuando tienen una Fuente de poder que
nunca falla! El cielo está listo para impartirnos, para que seamos poderosos
en Dios, y alcancemos la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús.
¿Pero quién de vosotros durante el año pasado ha estado progresando en el
camino de la santidad? ... ¿Quién ha sido capaz de lograr una preciosa victoria
tras otra, hasta que la envidia, la malicia, el orgullo, los celos, y toda mancha
maligna han sido barridos, y han quedado únicamente las gracias del Espíritu:
la humildad, la tolerancia, la suavidad y la caridad?
Dios nos ayudará si nos hacemos cargo de la ayuda que él nos ha provisto.
El dice: “¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz, sí, haga paz
conmigo”.
Isaías 27:5
. Esta es una bendita promesa. Muchas veces cuando he
estado desanimada y casi desesperada, he acudido al Señor con esta promesa.
... Y cuando me he aferrado de la fortaleza de Dios, he encontrado una paz
que sobrepasa el entendimiento.—
Manuscrito 1, 1869
.
En la salvación del alma humana hay dos grandes fuerzas en obra. Se
requiere la cooperación del hombre con los instrumentos divinos: influencias
divinas, y una fe poderosa, viva, y que obre. Únicamente de este modo el
agente humano puede convertirse en un colaborador con Dios. El Señor no
sanciona en ninguno de nosotros una credulidad ciega y necia. El no deshonra
el entendimiento humano, sino, lejos de esto, pide que la voluntad humana
sea puesta en conexión con la voluntad divina. Pide la inventiva de la mente
humana, el tacto, la habilidad, para que sean ejercitados hasta el máximo en la
búsqueda de la verdad
como es en Jesús. ..
. Vosotros sois colaboradores con
Dios.—
Carta 109, 1893, pp. 10
.
[313]
322