Página 325 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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“Ten cuidado de ti mismo”, 30 de octubre
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues
haciendo esto, a ti mismo salvarás y a los que te oyeren.
1 Timoteo 4:16
.
La comisión que se dió a Timoteo debería ser atendida en cada familia, y
llegar a ser un poder educador en cada hogar y en cada escuela. ...
El blanco más elevado de nuestros jóvenes no debería ser esforzarse para
alcanzar alguna novedad. En la mente y en la obra de Timoteo no había
nada de esto. Deberían recordar que, en las manos del enemigo de todo bien,
el conocimiento sólo puede ser un poder para destruirlos. Era un ser muy
intelectual, uno que ocupaba una elevada posición entre la hueste angélica, el
que finalmente se convirtió en un rebelde; y más de una mente de realizaciones
intelectuales superiores está ahora siendo llevada cautiva por su poder. Los
jóvenes deberían colocarse bajo las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, y
entretejerlas en sus pensamientos y vida práctica diarios. Entonces poseerán
los atributos que en las cortes celestiales se clasifican como los más elevados.
Se ocultarán a sí mismos en Dios, y sus vidas hablarán de su gloria.—
The
Youth’s Instructor, 5 de mayo de 1898
.
“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina”. Uno mismo necesita la primera
atención. Primero entregaos a Dios para ser santificados para su servicio. Un
ejemplo piadoso hablará más por la verdad que la mayor elocuencia que no
está acompañada por una vida bien ordenada. Preparad la lámpara del alma y
rellenadla con el aceite del Espíritu. Buscad la gracia de Cristo y la claridad de
comprensión que os capacitarán para realizar una obra de éxito. Aprended de
él lo que significa trabajar por aquellos por quienes él dió su vida. Los obreros
más talentosos podrán hacer poco a menos que Cristo se forme en su interior,
como la esperanza y la fortaleza de su vida.—
The Review and Herald, 19 de
agosto de 1902
.
Una virilidad noble y cabal no se adquiere por casualidad. Es el resultado
de la edificación del carácter en los años tempranos de la juventud, de una
práctica de la ley de Dios en el hogar.—
The Youth’s Instructor, 5 de mayo de
1898
.
Dios espera para inspirar a los jóvenes con el poder de lo alto, para que
todos los que están bajo la bandera manchada de sangre de Jesucristo puedan
trabajar para llamar, para advertir y para guiar a las almas por los senderos
seguros, y para colocar a los pies de muchos la Roca de la eternidad.—
Carta
66, 1894, pp. 2
.
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