Página 336 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

Mirando lo invisible, 9 de noviembre
Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación,
nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria; no mirando
nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; porque las cosas
que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas.
2
Corintios 4:17, 18
.
Si nuestras mentes se fijan en las cosas que son eternas, y no en las
cosas terrenales, nos asiremos de la mano del poder infinito, ¿y qué puede
entristecernos? ...
No necesitamos caer presa del poder de Satanás. ... Los hijos de Dios no
deberían permitir que Satanás se colocase entre ellos y su Dios. Si permitís
que él lo haga, os dirá que vuestras dificultades son las más penosas, las
dificultades más gravosas que ser mortal alguno haya jamás soportado. El
colocará su vidrio de aumento delante de vuestros ojos, y os presentará todo en
forma exagerada para venceros por el desánimo. ... Tomad la Palabra de Dios
como vuestra consejera, y humillad vuestra alma dudosa delante de Dios, y
con el corazón contrito decid: “Aquí depongo mi carga. No puedo llevarla. Es
demasiado pesada para mí. La pongo a los pies de mi compasivo Redentor”.
...
Cuando Satanás os tienta, no alentéis una palabra de duda o de tinieblas.
Podéis elegir quién gobernará vuestro corazón y controlará vuestra mente. Si
elegís abrir la puerta a las sugestiones del maligno, vuestra mente estará llena
de desconfianza y de dudas rebeldes. Podéis hablar de vuestros sentimientos,
pero cada duda que pronunciéis será una semilla que germinará y llevará
fruto en la vida de otra persona, y será imposible contrarrestar la influencia
de vuestras palabras. Podéis ser capaces de recuperaros de un período de
tentación, y de las trampas de Satanás, pero otros que han sido impulsados por
vuestra influencia puede ser que no sean capaces de escapar de la incredulidad
que habéis sugerido. ¡Cuán importante es que hablemos a aquellos que nos
rodean únicamente de las cosas que proporcionarán fortaleza y esclarecimiento
espiritual! Procuremos elevar las almas a Jesús, al cual amamos sin haberlo
visto, y estemos llenos de gozo indecible y de plenitud de gloria.—
The Review
and Herald, 11 de febrero de 1890
.
[322]
332