Página 36 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Disfrutando de la verdad, 27 de enero
Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad: consolida
mi corazón para que tema tu nombre.
Salmos 86:11
.
Decid de todo corazón: “Andaré en tu verdad”. Toda resolución, expresada
en el temor de Dios, le dará fortaleza al propósito y a la fe. Tenderá a estimular
y a humillar, a fortalecer y a confirmar. ... La verdad merece nuestra confianza,
más aún cuando el mundo está inundado de fábulas. La circulación del error y
de la falsedad, indica únicamente que en alguna parte está la verdad, la verdad
genuina. ... Para nosotros no basta únicamente escuchar la verdad. Dios
requiere que la obedezcamos. “Antes bienaventurados los que oyen la palabra
de Dios, y la guardan”.
Lucas 11:28
. “Si sabéis estas cosas, bienaventurados
seréis, si las hicieres”.
Juan 13:17
.
Debemos andar gozándonos en la verdad. No debe ser para nosotros un
yugo de esclavitud, sino un consuelo, un mensaje de buenas nuevas de gran
gozo que anime nuestros corazones, y nos haga cantar melodías en honor
a Dios. A través de la paciencia y el consuelo de las Escrituras, tenemos
esperanza. La esperanza cristiana no es sombría, sin consuelo. Oh, no, no. No
nos encierra en una prisión de dudas y temores. La verdad nos hace libres a
aquellos que la amamos y somos santificados mediante ella. Andamos en la
gloriosa libertad de los hijos de Dios.—
Carta 8, 1873, pp. 7
.
Nosotros, que pretendemos creer la verdad, debiéramos revelar sus fru-
tos en nuestras palabras y carácter. Debemos estar muy avanzados en el
conocimiento de Jesucristo, en la recepción de su amor a Dios y a nuestros
semejantes, a fin de tener la luz del cielo brillando en nuestra vida diaria. La
verdad debe alcanzar hasta los lugares más recónditos del alma, y limpiar de
ella todo lo que no sea semejante al espíritu de Cristo; y el vacío debe ser
llenado por los atributos de su carácter, que es puro, y santo, y sin contamina-
ción, para que todas las fuentes del corazón sean como flores, fragantes, con
perfume, un olor suave, un sabor de vida para vida.—
Manuscrito 109, 1897
.
La verdad entronizada en el alma es la que lo convierte a uno en un hombre
de Dios.—
Manuscrito 1a, 1890, pp. 8
.
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