Página 372 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Se asegura la victoria, 13 de diciembre
Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como
yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
Apocalipsis
3:21
.
El Testigo Fiel ofrece ánimo para todos los que traten de andar en el
camino de la obediencia humilde, a través de la fe en su nombre. El declara:
“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo
he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
Estas son palabras de nuestro Sustituto y Garante. Aquel que es la Cabe-
za divina de la iglesia, el más poderoso de los conquistadores, señala a sus
seguidores su vida, sus afanes, sus abnegaciones, sus luchas y sufrimientos,
experimentados por el menosprecio, el rechazo, el ridículo, la burla, los in-
sultos, la mofa, la falsedad hacia la senda del Calvario y el escenario de la
crucifixión, a fin de que puedan llenarse de ánimo para avanzar hacia la meta
en demanda del premio y la recompensa del vencedor. Se asegura la victoria a
través de la fe y de la obediencia.
Apliquemos las palabras de Cristo a nuestros propios casos individuales.
¿Somos pobres y ciegos y cuitados y miserables? Entonces busquemos el oro
y los vestidos blancos que él nos ofrece. La obra de vencer no está restringida
a la edad de los mártires. El conflicto es para nosotros en estos días de sutiles
tentaciones a la mundanalidad, la seguridad propia, a la indulgencia del orgullo,
a la codicia, a las falsas doctrinas, a la inmoralidad de la vida.—
The Review
and Herald, 24 de julio de 1888
.
Podemos vencer. Sí, plena y enteramente. Jesús murió para abrir una senda
de escape para nosotros. Para que pudiéramos vencer cada falta, resistir a cada
tentación, y finalmente sentarnos con él en su trono.—
The Review and Herald,
4 de septiembre de 1883
.
No tenemos un mensaje de desánimo para la iglesia. Aunque se han dado
reproches, advertencias y correcciones, sin embargo la iglesia está como el
instrumento de Dios para difundir la luz. El pueblo de Dios que observa los
mandamientos ha hecho sonar una advertencia para el mundo. ... La iglesia
de Dios es un testigo viviente, un continuo testimonio, para convencer a los
hombres si lo aceptan; para condenarlos si lo resisten y rechazan.—
Manuscrito
37
.
La iglesia debe brillar y brillará “hermosa como la luna, esclarecida como
el sol, e imponente como ejércites en orden” (
Cantares 6:10
).—
Carta 130,
1902
.
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