Página 375 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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¿Estáis preparados para el tiempo de prueba? 16 de
diciembre
Mas cuando os entregaren, no os apuréis por cómo o qué hablaréis;
porque en aquella hora os será dado qué habéis de hablar.
Mateo 10:19
.
Los siervos de Cristo no deben preparar un discurso especial para pre-
sentarlo cuando sean llevados ante las autorid des por causa de su fe. Su
preparación ha de ser hecha día tras día, atesorando en el corazón las preciosas
verdades de la Palabra de Dios, alimentándose de las enseñanzas de Cristo,
y fortaleciendo su fe por medio de la oración; entonces, cuando sean lleva-
dos ante los tribunales, el Espíritu Santo les hará recordar precisamente las
verdades que alcanzarán los corazones de los que vinieren para oir. Dios les
traerá repentinamente a la memoria el conocimiento que obtuvieron por medio
de un diligente escudriña miento de las Escrituras, precisamente cuando lo
necesiten.—
Counsels on Sabbath School Work, 40, 41
.
Ahora debéis prepararos para el tiempo de prueba. Ahora debéis saber si
vuestros pies están afirmados en la Roca eterna. Debéis tener una experiencia
individual, y no depender de otros para vuestra luz. Cuando se os lleve a la
prueba, ¿cómo sabréis que no estaréis solos, sin un amigo terrenal a vuestro
lado? ¿Seréis entonces capaces de comprender que Cristo es vuestro apoyo?
¿Seréis capaces de recordar la promesa: “He aquí yo estoy con vosotros hasta
el fin del mundo?” Habrá seres invisibles a vuestro alrededor dedicados a
lograr vuestra destrucción. Satanás y sus agentes procurarán de cualquier
manera haceros vacilar de vuestra firmeza a Dios y su verdad. Pero si tenéis
vuestros ojos limpios para percibir su gloria, no necesitáis preocuparos acerca
de cómo testificaréis por su verdad.—
The Review and Herald, 26 de abril de
1892
.
Jóvenes y señoritas, ¿estáis creciendo hasta la plena estatura de hombres y
mujeres en Cristo, para que cuando venga la crisis, no podáis ser separados
de la Fuente de vuestra fortaleza? Si queremos permanecer firmes durante el
tiempo de prueba, ahora, en el tiempo de paz, debemos obtener una experiencia
viva en las cosas de Dios. Ahora debemos aprender a comprender cuál es la
profunda obra del Espíritu de Dios. En todas las cosas Cristo debe ser nuestro
todo, el Alfa y Omega, el primero y el último, el principio y el fin.—
The
Review and Herald, 3 de mayo de 1892
.
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