Página 73 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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El precioso tesoro de la fe, 2 de marzo
Gracia y paz os sea multiplicada en el conocimiento de Dios, y de
nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a
la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de
aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud.
2 Pedro 1:2, 3
.
“Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado
fe igualmente preciosa con nosotros en la justicia de nuestro Dios y Salvador
Jesucristo: ... Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas,
para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habien-
do huido de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia”.
2 Pedro
1:1-4
.
“Fe igualmente preciosa” ... esta es una fe genuina. No es una fe infructífe-
ra. La fe verdadera y salvadora es un tesoro precioso, de inestimable valor. No
es superficial. Los justos viven, por la fe, una vida cristiana verdaderamente
espiritual. Es mediante la fe como se recorren uno a uno los peldaños de la
escalera del progreso. La fe debe ser cultivada. Une la naturaleza humana con
la divina.
La vida de obediencia a todos los mandamientos de Dios es una vida
de progreso, una vida de constante avance. Cuando los elegidos, que son
preciosos, han aumentado su comprensión de la obra mediadora de Jesucristo,
ven las ricas promesas que se obtienen a través de la justicia de Cristo, y se
apoderan de ellas. Cuanto más reciben de la gracia divina, tanto más trabajan
en el plan que los lleva a aumentarla.
“Gracia y paz” serán multiplicadas “en el conocimiento de Dios y de
nuestro Señor Jesús”. Aquí está la fuente de todo poder espiritual, y la fe debe
ser ejercida constantemente, porque toda vida espiritual procede de Cristo. El
conocimiento de Dios inspira fe en él, como el único canal que ha de traer las
bendiciones del cielo al alma, elevando, ennobleciendo y refinando esa alma,
cuando—mediante el conocimiento de Dios—sea llevada hacia las elevadas
adquisiciones de gloria y virtud. “Como todas las cosas que pertenecen a la
vida y a la piedad nos serán dadas de su divina potencia, por el conocimiento
de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud”.—
Manuscrito 13, 1884
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