Página 87 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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La causa de todos nuestros males, 16 de marzo
Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice
Hoy; porque ninguno de vosotros se endurezca con engaño de pecado.
Hebreos 3:13
.
Notemos las palabras “engaño de pecado”. Satanás siempre presenta sus
tentaciones disfrazadas de bondad. Tened cuidado de no acceder a ellas. Una
violación de la recta verdad prepara el camino para la segunda violación, y
los males se repiten hasta que el corazón de incredulidad se endurece, y la
conciencia pierde su sensibilidad.—
Manuscrito 9, 1903, pp. 10
.
Que nadie se engañe a sí mismo con la idea de que los pecados de la
juventud podrán ser fácilmente abandonados cuando lo deseen. Esto no es
así. Cada pecado acariciado debilita el carácter y fortalece el hábito; y como
resultado se produce la depravación física, mental y moral. Podéis arrepentiros
de los daños que habéis hecho, y poner vuestros pies en el camino correcto,
pero el molde de vuestra mente, y vuestra familiaridad con el mal, hará difícil
que distingáis entre el bien y el mal. Satanás os asaltará una vez y otra a través
de los malos hábitos que habéis formado.—
Manuscrito 127, 1899, pp. 19
.
Muchos ... consideran el pecado como una cosa sin importancia. ... Muchos
buscan consejo en sus propios deseos y siguen sus inclinaciones, y finalmente
sacan la conclusión de que el pecado no es tan ofensivo, no es tan terrible
a la vista de Dios. El pecado que puede aparecer pequeño, que puede ser
denominado pequeño por la conciencia anublada, es tan ofensivo a la vista de
Dios, que ninguna cosa sino la sangre del propio Hijo de Dios pudo borrarlo.
Este hecho hace estimar correctamente al pecado. Dios nunca disminuirá
su gloria para que se acomode a nuestras ideas y puntos de vista. Somos
ciertamente nosotros los que hemos de ascender y acomodarnos a ella. Lo
horrible del carácter del pecado está justamente en proporción con lo excelente
de Dios. ...
Dios procura nuestra verdadera felicidad. Si hay alguna cosa que se in-
terpone en el camino hacia ésta, Dios quiere que sea quitada. El frustrará
nuestros propósitos y chasqueará nuestras expectativas, y a través del chasco y
de las dificultades, hará que nos conozcamos tal como somos. ... El pecado es
la causa de todos nuestros males. Si querernos tener verdadera paz y felicidad
debemos suprimir el pecado.—
Carta 29, 1879
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