Página 131 - Obreros Evang

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Elementos esenciales para el servicio
La simpatía
Dios desea unir a sus obreros por una simpatía común, un afecto
puro. Es la atmósfera de un amor semejante al de Cristo que rodea el
alma del creyente lo que lo hace sabor de vida para vida, y permite a
Dios bendecir sus esfuerzos. El cristianismo no levanta murallas de
separación entre el hombre y sus semejantes, sino que liga los seres
humanos a Dios y unos con otros.
Notemos cuán tierno y misericordioso es el Señor en su trato
con sus criaturas. El ama a su hijo errante, y le ruega que vuelva a
él. El brazo del Padre está puesto en derredor de su hijo arrepentido;
las ropas del Padre cubren sus andrajos; el anillo está puesto en
su dedo como señal de realeza. Y sin embargo, ¡cuántos son los
que miran al pródigo no sólo con indiferencia, sino con desprecio!
Como el fariseo, dicen: “Dios, te doy gracias, que no soy como
los otros hombres.
Pero, ¿cómo os parece que considera Dios a
aquellos que, al par que aseveran ser colaboradores con Cristo, ven
al alma que lucha contra el desbordamiento de la tentación, y se
mantienen alejados como el hermano mayor de la parábola, tercos,
voluntariosos, egoístas?
* * * * *
¡Cuán poco comulgamos en simpatía con Cristo en aquello que
debiera ser el más fuerte vinculo de unión entre él y nosotros, a
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saber, la compasión por las almas depravadas y culpables que sufren
y están muertas en sus delitos y pecados! La falta de sentimientos
humanitarios hacia los hombres es nuestro mayor pecado. Muchos
piensan que representan la justicia de Dios, mientras que dejan
completamente de representar su ternura y su gran amor. Muchas
veces aquellos a quienes tratan con severidad se hallan sometidos
a fuertes tentaciones. Satanás está luchando con estas almas, y las
Lucas 18:11
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