Página 18 - Obreros Evang

Basic HTML Version

En lugar de Cristo
En todo período de la historia de esta tierra, Dios tuvo hombres
a quienes podía usar como instrumentos oportunos a los cuales
dijo: “Sois mis testigos.” En toda edad hubo hombres piadosos, que
recogieron los rayos de luz que fulguraban en su senda, y hablaron
al pueblo las palabras de Dios. Enoc, Noé, Moisés, Daniel y la larga
lista de patriarcas y profetas, todos fueron ministros de justicia. No
fueron infalibles; eran hombres débiles, sujetos a yerro; pero el
Señor obró por su medio a medida que se entregaban a su servicio.
Desde su ascensión, Cristo, la gran cabeza de la iglesia, ha lleva-
do a cabo su obra en el mundo por medio de embajadores escogidos,
mediante los cuales habla a los hijos de los hombres, y atiende a sus
necesidades. La posición de aquellos que han sido llamados por Dios
a trabajar en palabra y doctrina para la edificación de su iglesia, está
rodeada de grave responsabilidad. Ocupan ellos el lugar de Cristo,
en la obra de exhortar a hombres y mujeres a reconciliarse con Dios;
y únicamente en la medida en que reciban de lo alto sabiduría y
poder podrán cumplir su misión.
Los ministros de Dios están simbolizados por las siete estrellas,
la cuales se hallan bajo el cuidado y protección especiales de Aquel
[14]
que es el primero y el postrero. Las suaves influencias que han de
abundar en la iglesia están ligadas con estos ministros de Dios, que
han de representar el amor de Cristo. Las estrellas del cielo están
bajo el gobierno de Dios. El las llena de luz. El guía y dirige sus
movimientos. Si no lo hiciese, pasarían a ser estrellas caídas. Así
sucede con sus ministros. No son sino instrumentos en sus manos, y
todo el bien que pueden hacer se realiza por su poder.
Es para honor suyo para lo que Cristo hace a sus ministros una
bendición mayor para la iglesia de lo que son las estrellas para el
mundo, por medio de la obra del Espíritu Santo. El Salvador ha de
ser su eficiencia. Si quieren mirar a él como él miraba a su Padre,
harán sus obras. A medida que ellos dependan más y más de Dios,
él les dará su resplandor para que lo reflejen sobre el mundo.
14