Página 217 - Obreros Evang

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El predicador y el trabajo manual
Aunque Pablo tenía cuidado de presentar a sus conversos las
sencillas enseñanzas de las Escrituras en cuanto al debido sostén de
la obra de Dios, y aunque reclamaba, como ministro del Evangelio,
la “potestad de no trabajar
en empleos seculares como medio de
sostén propio, en diversas ocasiones durante su ministerio en los
grandes centros de civilización, trabajaba en un oficio manual para
mantenerse....
Tesalónica es el primer lugar acerca del cual leemos que trabajó
Pablo con sus manos para sostenerse mientras predicaba la Palabra.
Escribiendo a la iglesia de creyentes de allí, les recordó que podría
haberles sido “carga,” y añadió: “Hermanos, os acordáis de nuestro
trabajo y fatiga: que trabajando de noche y de día por no ser gravosos
a ninguno de vosotros, os predicamos el Evangelio de Dios.
Y de
nuevo, en su segunda epístola a los Tesalonicenses, declaró que
él y sus colaboradores, durante el tiempo que habían estado con
ellos, no habían comido “el pan de ninguno de balde.” Noche y día
trabajamos, escribió, “por no ser gravosos a ninguno de vosotros;
no porque no tuviésemos potestad, sino por daros en nosotros un
dechado, para que nos imitaseis.
...
Cuando Pablo visitó por primera vez a Corinto, se encontró
entre gente que desconfiaba de los motivos de los extranjeros. Los
griegos de la costa del mar eran hábiles traficantes. Tanto tiempo
habían seguido sus inescrupulosas prácticas comerciales, que habían
llegado a creer que la granjería era piedad, y que el obtener dinero,
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fuera por medios limpios o sucios, era encomiable. Pablo estaba
familiarizado con sus características, y no quería darles ocasión de
que dijeran que él predicaba el Evangelio a fin de enriquecerse.
Hubiera podido con justicia pedir sostén de sus oyentes corintios;
pero estaba dispuesto a renunciar a este derecho, no fuera que su
1 Corintios 9:6
.
1 Tesalonicenses 2:6, 9
.
2 Tesalonicenses 3:8, 9
.
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