Página 255 - Obreros Evang

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El mejoramiento propio
Los predicadores de edad y experiencia deben sentir que es
deber suyo, como siervos de Dios, ir adelante, progresar cada día,
volviéndose continuamente más eficientes en su obra, y reuniendo
constantemente nuevo material que presentar a la gente. Cada es-
fuerzo para exponer el Evangelio debe ser un perfeccionamiento del
anterior. Cada año deben desarrollar una piedad más profunda, un
espíritu más tierno, una espiritualidad mayor y un conocimiento más
cabal de la Biblia. Cuanto mayor sea su edad y experiencia, tanto
más deben poder acercarse a los corazones de la gente, por tener
más perfecto conocimiento de ellos.—
Testimonies for the Church
4:270
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* * * * *
Dios no tiene lugar para los perezosos en su causa; él quiere
obreros reflexivos, bondadosos, afectuosos y fervientes. El ejercicio
activo hará bien a nuestros predicadores. La indolencia es prueba
de depravación. Cada facultad de la mente, cada hueso del cuerpo,
cada músculo de los miembros, demuestra que Dios destinó nues-
tras facultades a ser ejercitadas, no a permanecer inactivas.... Los
hombres que innecesariamente toman las horas del día para dormir,
no tienen sentido del valor de los momentos preciosos y áureos....
Las personas que no hayan adquirido hábitos de estricta laborio-
sidad y economía de tiempo, deben tener reglas fijas para impulsarlas
a la regularidad y prontitud. Jorge Wáshington pudo hacer mucho
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trabajo porque se esmeraba en conservar el orden y la regularidad.
Cada papel tenía su fecha y su lugar y no se perdía tiempo en buscar
lo traspapelado.
Los hombres de Dios deben ser diligentes en el estudio, fervien-
tes en la adquisición de conocimiento, sin perder nunca una hora.
Por medio de ejercicios perseverantes pueden elevarse a casi cual-
quier grado de eminencia como cristianos, como hombres de poder
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