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Obreros Evangélicos
En conexión con nuestras misiones en las ciudades, debiera haber
piezas adecuadas donde pudieran reunirse para recibir instrucción
aquellos en quienes se despierte interés. Esta obra necesaria no se ha
de llevar a cabo de una manera tan deficiente que cree en las mentes
de la gente una impresión desfavorable. Todo lo que se haga debe
dar testimonio favorable acerca del Autor de la verdad, y representar
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apropiadamente el carácter sagrado y la importancia de las verdades
del mensaje del tercer ángel....
La obra de la reforma pro salud es el medio que emplea el
Señor para reducir el sufrimiento en nuestro mundo y para purificar
a su iglesia. Enseñad a la gente que puede actuar como la mano
ayudadora de Dios, cooperando con el Artífice maestro para restaurar
la salud física y espiritual. Esta obra lleva la señal del cielo, y abrirá
la puerta a otras verdades preciosas. Todos los que deseen trabajar
tendrán oportunidad de empeñarse en esta obra inteligentemente.
Mantened en el frente la obra de la reforma pro salud, es el
mensaje que se me ha indicado que dé. Demostrad tan claramente
su valor que se sienta una extensa necesidad de ella. La abstinencia
de todo alimento y bebida perjudiciales es fruto de la verdadera
religión. El que esté cabalmente convertido abandonará todo hábito
y apetito perjudiciales. Mediante la abstinencia total, vencerá su
deseo de entregarse a prácticas destructoras de la salud....
Trabajad por las clases pudientes
Los siervos de Cristo deben trabajar fielmente por los ricos de
nuestras ciudades tanto como por los pobres y humildes. Hay muchos
hombres pudientes que son sensibles a las influencias e impresiones
del mensaje evangélico, y que, cuando se les presente la Biblia y
la Biblia sola, como exponente de la fe y práctica cristianas, serán
movidos por el Espíritu de Dios a abrir puertas para el progreso del
Evangelio. Revelarán una fe viva en la Palabra de Dios, y emplearán
los recursos a ellos confiados para preparar el camino del Señor, y
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enderezar en el desierto calzada a nuestro Dios.
Durante años, se nos ha presentado la perturbadora cuestión
de cómo podemos obtener fondos adecuados para el sostén de las
misiones que el Señor ha ido a abrir delante de nosotros. Leemos
las claras órdenes del Evangelio, y las misiones, tanto en nuestros