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Obreros Evangélicos
clases han recibido argumentos en los que muchos nunca habrían
pensado. Alguno deberá dar cuenta por este imprudente modo de
dirigir las cosas.
Los argumentos contra la verdad sagrada afectan con su sutil
influencia las mentes que no están bien informadas acerca del poder
de la verdad. Las sensibilidades morales de la comunidad en general
están embotadas por la familiaridad con el pecado. El egoísmo, la
falta de honradez y los diversos pecados que prevalecen en esta era de
degeneración, han embotado los sentidos para con las cosas eternas,
de modo que no disciernen la verdad de Dios. Al dar publicidad a los
argumentos erróneos de nuestros oponentes, se coloca en las mentes
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de la gente a la verdad y al error en un mismo nivel, cuando si se les
presentase la verdad en su claridad, durante el tiempo suficiente para
que viesen y comprendiesen su carácter sagrado e importante, se
convencerían de los fuertes argumentos que hay a su favor, y estarían
preparadas para hacer frente a los argumentos presentados por los
oponentes.
Los que están tratando de conocer la verdad y comprender la
voluntad de Dios, los que son fieles a la luz y celosos en el cumpli-
miento de sus deberes diarios, conocerán seguramente de la doctrina;
porque serán guiados en toda verdad.—
Testimonies for the Church
3:424-427
.
* * * * *
Siempre que sea necesario para el adelanto de la causa de la
verdad y para la gloria de Dios, hacer frente a un oponente, ¡con
cuánto cuidado y humildad deben [los defensores de la verdad]
entrar en el conflicto! Con examen de conciencia, confesión del
pecado y ferviente oración, y a menudo después de ayunar por un
tiempo, deben rogar a Dios que les ayude de una manera especial, y
dé a su verdad preciosa y salvadora una victoria gloriosa, para que el
error aparezca en su verdadera deformidad, y sus defensores queden
completamente derrotados....
Nunca debéis entrar en una discusión de la cual depende tanto,
fiando en vuestra propia actitud para presentar argumentos fuertes. Si
no es posible evitarlo, entrad en el conflicto, pero con firme confianza
en Dios, y con un espíritu de humildad, con el espíritu de Jesús,