Página 387 - Obreros Evang

Basic HTML Version

Casas de culto
Cuando se despierta interés en algún pueblo o ciudad, ese interés
debe ser atendido. Debe trabajarse con esmero en aquel lugar, hasta
que se eleve una humilde casa de culto como señal y monumento
en honor del sábado de Dios, una luz en las tinieblas morales. Estos
monumentos han de levantarse en muchos lugares como testigos de
la verdad. En su misericordia, Dios indicó que los mensajeros del
Evangelio fuesen a todos los países, lenguas y pueblos, hasta que el
estandarte de la verdad ondee en todas partes del mundo habitado.
* * * * *
Dondequiera que se suscite un grupo de creyentes, debe edificar-
se una casa de culto. No salgan de ese lugar los obreros sin haberlo
hecho.
En muchos lugares donde se ha predicado el mensaje, los que
lo han aceptado se ven impedidos por las circunstancias, y poco
pueden hacer para obtener ventajas que darían carácter a la obra.
Con frecuencia esto dificulta la extensión de la obra. A medida que
las personas se interesan en la verdad, los predicadores de otras
iglesias les dicen,—y estas palabras son repetidas por los miembros:
“Esta secta no tiene iglesia, y no tenéis lugar de culto. Sois un
pequeño grupo, pobre e ignorante. Antes de mucho los predicadores
se irán, y el interés morirá. Entonces tendréis que renunciar a estas
nuevas ideas que recibisteis.” ¿Podemos nosotros suponer que esto
no presentará una fuerte tentación a aquellos que ven las razones de
[447]
nuestra fe y están convencidos por el Espíritu de Dios acerca de la
verdad presente?
Se ha de repetir a menudo que de unos comienzos pequeños
pueden desarrollarse grandes intereses. Si manifestamos sabiduría,
juicio santificado y dirección hábil en atender y fortalecer los intere-
ses del reino de nuestro Redentor, haremos cuanto esté en nuestro
poder para demostrar a la gente la estabilidad de nuestra obra. Se
383