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Obreros Evangélicos
erigirán humildes santuarios, donde los que acepten la verdad pue-
dan hallar un lugar en que adorar a Dios conforme a los dictados de
su propia conciencia.
* * * * *
Cuando quiera que sea posible, sean dedicadas a Dios nuestras
capillas libres de deudas. Cuando se suscite una iglesia, levántense
los miembros y edifiquen. Bajo la dirección de un predicador guiado
por el consejo de sus compañeros en el ministerio, trabajen los recién
convertidos con sus propias manos, diciendo: “Necesitamos una
capilla, y la tendremos.” Dios pide a su pueblo que haga alegremente
esfuerzos unidos en su causa. Hágase esto, y pronto se oirá la voz
de acción de gracias: “¡Ved lo que hizo el Señor!”
Hay, sin embargo, algunos casos en que una iglesia joven no
puede llevar en seguida toda la carga de erigir una casa de culto.
En tales casos, ayúdenle los hermanos de otras iglesias. En algunos
casos, será mejor pedir prestado algo de dinero, que no edificar. Si un
hombre tiene dinero, y después de dar lo que puede, quiere hacer un
préstamo, sin interés o a bajo interés, será bueno emplear ese dinero
hasta que se pueda liquidar la deuda. Pero repito: Si es posible, los
edificios de iglesia deben ser dedicados libres de deudas.
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En nuestras iglesias, no se deben alquilar los asientos. No se ha
de honrar más a los ricos que a los pobres. No se haga distinción
alguna. “Todos vosotros sois hermanos.
En ninguno de nuestros edificios debemos desplegar fausto, por-
que esto no promovería la obra. Nuestra economía debe testificar de
nuestros principios. Debemos emplear métodos de trabajo que no
sean pasajeros. Todo debe hacerse sólidamente....
* * * * *
El descuido con que algunas iglesias han incurrido y se mantie-
nen en deuda, me fué presentado. En algunos casos pesa continua-
mente una deuda sobre la casa de Dios. Hay que pagar un interés
continuo. Estas cosas no deben ni necesitan ser así. Si se manifiestan
para el Maestro la sabiduría, el tacto y el celo que Dios requiere,
Mateo 23:8
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