Casas de culto
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hacerlo si no aceptasen por la fe las promesas de Dios en cuanto al
perdón.
La verdad tal cual es en la Palabra llega a encumbrados y humil-
des, a ricos y pobres, y los que reciben el mensaje se vuelven obreros
con nosotros y con Dios y se suscita una fuerza poderosa para tra-
bajar armoniosamente. Tal es nuestra obra. No ha de descuidarse
en ninguna de nuestras labores de los congresos. Es parte de toda
misión evangélica. En vez de poner todo talento a trabajar por los
más bajos parias, debemos tratar, en todo lugar, de suscitar un grupo
de creyentes que se una con nosotros en levantar el estandarte de la
verdad, y en trabajar por los ricos y los pobres. Luego, a medida que
se establezcan iglesias, habrá un aumento de ayudantes para trabajar
en pro de los indigentes y perdidos.—
General Conference Bulletin,
marzo de 1899
.
* * * * *
Muchos de los que no pertenecen a nuestra fe anhelan recibir
precisamente la ayuda que los cristianos tienen el deber de darles.
Si los hijos de Dios manifestasen verdadero interés en sus vecinos,
alcanzarían a muchos con las verdades especiales para este tiempo.
No hay nada que haya de dar, ni que pueda dar, tanto carácter a la
obra como el ayudar a la gente donde esté.—
Testimonies for the
Church 6:280
.
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