Página 397 - Obreros Evang

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La ordenación
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y contraria a la experiencia de ella. No da a conocer a un hombre
su voluntad para toda la iglesia, mientras la iglesia—el cuerpo de
Cristo—sea dejada en tinieblas. En su providencia, coloca a sus
siervos en estrecha relación con su iglesia, a fin de que tengan
menos confianza en sí mismos y mayor confianza en otros a quienes
él está guiando para hacer adelantar su obra.
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Siempre ha habido en la iglesia quienes se inclinan constante-
mente a la independencia individual. Parecen incapaces de compren-
der que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano
a tener demasiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio
juicio más bien que respetar el consejo y estimar debidamente el
juicio de sus hermanos, especialmente de aquellos que ocupan los
puestos que Dios ha señalado para la dirección de su pueblo. Dios ha
investido a su iglesia con especial autoridad y poder, que nadie tiene
derecho de desatender y despreciar; porque el que lo hace desprecia
la voz de Dios.
Los que se inclinan a considerar su juicio individual como su-
premo están en grave peligro. Es un plan estudiado de Satanás
separarlos de aquellos que son canales de luz y por medio de quie-
nes Dios ha obrado para unificar y extender su obra en la tierra.
Descuidar o despreciar a aquellos a quienes Dios ha señalado para
llevar las responsabilidades de la dirección en relación con el avance
de la verdad, es rechazar los medios que ha dispuesto para ayudar,
animar y fortalecer a su pueblo. El que cualquier obrero de la causa
de Dios pase por alto a los tales y piense que la luz divina no puede
venir por ningún otro medio que directamente de Dios, es colocarse
en una posición donde está expuesto a ser engañado y vencido por el
enemigo. El Señor en su sabiduría ha dispuesto que por medio de la
estrecha relación que deberían mantener entre sí todos los creyentes,
un cristiano esté unido a otro cristiano, y una iglesia a otra iglesia.
Así el instrumento humano será capacitado para cooperar con el
divino. Todo agente ha de estar subordinado al Espíritu Santo, y
todos los creyentes han de estar unidos en un esfuerzo organizado y
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bien dirigido para dar al mundo las alegres nuevas de la gracia de
Dios.
Pablo consideró la ocasión de su ordenación formal como el
punto de partida que marcaba una nueva e importante época de su
vida. Y desde esa ocasión hizo arrancar más tarde el comienzo de