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Obreros Evangélicos
autoridad de uno para ese cargo. Por ella se colocaba el sello de la
iglesia sobre la obra de Dios.
Para los judíos, esta forma era significativa. Cuando un padre
judío bendecía a sus hijos, colocaba sus manos reverentemente sobre
su cabeza. Cuando se dedicaba un animal al sacrificio, uno investido
de autoridad sacerdotal colocaba su mano sobre la cabeza de la
víctima. Y cuando los ministros de la iglesia de Antioquía colocaron
sus manos sobre Pablo y Bernabé, pidieron a Dios, por ese acto, que
concediera su bendición a los apóstoles escogidos, en la devoción
de éstos a la obra específica para la cual habían sido designados.
Ulteriormente, el rito de la ordenación por la imposición de
las manos fué grandemente profanado; se le atribuía al acto una
importancia infundada, como si sobre aquellos que recibían esa
ordenación descendiera un poder que los calificaba inmediatamente
para todo trabajo ministerial. Pero en el relato del apartamiento de
esos dos apóstoles no hay indicación de que ninguna virtud les fué
impartida por el mero acto de imponerles las manos. Se menciona
simplemente su ordenación y la relación que ésta tenía con su futura
obra.
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Las circunstancias relacionadas con la separación de Pablo y
Bernabé por el Espíritu Santo para una clase definida de servicio,
muestran claramente que el Señor obra por medio de los agentes
señalados en su iglesia organizada. Años antes, cuando el Salvador
mismo reveló a Pablo el propósito divino para con él, lo puso inme-
diatamente en relación con los miembros de la recién organizada
iglesia de Damasco. Además, la iglesia de ese lugar no fué dejada
mucho tiempo a oscuras respecto a la experiencia personal del fari-
seo convertido. Y ahora, cuando la comisión divina dada en aquel
tiempo había de realizarse más plenamente, el Espíritu Santo, dando
testimonio de nuevo concerniente a Pablo como vaso escogido para
llevar el Evangelio a los gentiles, confió a la iglesia la obra de or-
denarlo a él y a su colaborador. Mientras los dirigentes de la iglesia
de Antioquía estaban “ministrando ... al Señor, y ayunando, dijo el
Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra para la
cual los he llamado.”
Dios ha constituido a su iglesia en la tierra en un canal de luz,
y por su medio comunica sus propósitos y su voluntad. El no dará
a uno de sus siervos una experiencia independiente de la iglesia