Página 100 - El otro Poder (1996)

Basic HTML Version

96
El otro Poder
varias revistas seculares aparecen sobre sus mesas para que las
[134]
lean sus hijos. La influencia de la mayoría de los periódicos y las
revistas de esta época es tal que la Palabra de Dios parece desabrida
y destruye el gusto por toda lectura útil e instructiva. La mente
asimila lo que recibe como alimento. Las revistas seculares están
llenas de informes de asesinatos, robos y otros crímenes repugnantes,
y la mente del lector se detiene en las escenas de vicio en ellas
descritas. Por la complacencia, la lectura de literatura sensacionalista
o desmoralizadora llega a ser un hábito, como el uso del opio u
otras drogas perjudiciales, y, como resultado, la mente de miles de
personas son debilitadas, degradadas y trastornadas. Por medio de las
producciones de la prensa, Satanás está haciendo más para debilitar
la mente y corromper la moral de los jóvenes que por cualquier otro
medio.
Eliminen de sus hogares toda lectura de este carácter, y pongan
sobre sus mesas y en sus bibliotecas libros útiles, instructivos y
ennoblecedores. El efecto ejercido por
The Review and Herald
,
nuestra revista denominacional, y
The Signs of the Times
, nuestra
revista misionera, tanto sobre los padres como sobre los hijos, será
bueno. Durante las largas noches de invierno, cuiden los padres que
todos sus hijos estén en casa y dediquen tiempo a la lectura de las
Escrituras y otros libros interesantes, que imparten conocimiento e
inculcan principios rectos. Selecciónese a quien mejor lea para que
lo haga en voz alta, mientras los demás miembros de la familia están
ocupados en cosas útiles. De ese modo, las noches en casa pueden
ser placenteras a la vez que provechosas. La lectura pura y saludable
será para la mente lo que el alimento sano es para el cuerpo. De ese
modo llegarán a ser más fuertes para resistir la tentación, formar
hábitos saludables y actuar según principios correctos.—
The Review
[135]
and Herald, 26 de diciembre de 1882
.
He estado leyendo la
Review
esta mañana. Está llena de mate-
rial precioso. Esta revista debería estar en cada hogar de nuestro
pueblo, no sólo en los Estados Unidos, sino en todos los países.
Es la revista de nuestra iglesia para el mundo. Me interesaré en
conseguir suscritores a ella en los Estados Unidos y Australia. No
estoy menospreciando
The Signs of the Times
. Tanto
Signs
como
Review
deben circular profusamente. Y espero que la lista de suscri-
tores del
Watchman
aumente notablemente. Espero que ustedes se